Violencias ejercidas hacia las Trabajadoras sexuales
Control Reproduce cabezote identificación de la radionovela.
Historias del condon-minio. La nueva radionovela de Radio Diversia. Un Lugar donde las personas distintas tienen derechos iguales
Narrador 1 (Voz femenina)
Algunas de las mujeres que ejercen la prostitución vienen de hogares en los que han sufrido violencia intrafamiliar o incluso abuso sexual, por lo general, por parte de un familiar cercano. Otras tuvieron hijos muy jóvenes y el trabajo sexual las recibió sin más recomendación que la necesidad que se exhibida en sus jóvenes cuerpos.
Narrador 2 (Voz masculina)
Muchas migraron a la ciudad buscando mejorar sus condiciones de vida y no encontraron sino esta oferta laboral. En medio de este trabajo tuvieron a sus hijos, se enamoraron y desenamoraron, intentaron cambiar de rumbo pero al final decidieron no abandonar el ejercicio de la prostitución.
Control (reproduce música suave y la deja de fondo)
Doña Sandra (en tono de confidencia)
Margarita mija, me alegra que ya estés mucho mejor. No sabes la angustia que vivimos cuando supimos que ese tipo te había golpeado de esa forma tan brutal. Es terrible tener que pasar por una experiencia de estas. Dímelo a mí (suspira)
Margarita (en voz baja y confidente)
¿Cómo así Sandrita a ti también te han maltratado? No lo puedo creer. Tú te vez también que no lo creería
Doña Sandra (en tono de confidencia)
Ay mija, tomémonos esta agüita mientras te cuento mira ahora estás así con todos esos moretones en la cara y en el cuerpo pero en unas semanas solo tendrás la cicatriz que le mostrará al mundo los 20 puntos que te cogieron en la cabeza lo más terrible son las cicatrices del alma, esas no se pueden disimular y aunque nadie te las vea están ahí, son solo tuyas y por instantes saltan y te hacen recordar esos momentos difíciles por los que pasamos este trabajo tiene muchos riesgos y uno de ellos es la violencia física y sexual a la que muchas veces se nos somete, solo porque el cliente cree que por ser trabajadoras sexuales puede hacer lo que quiera con nosotras y no es así. Demoramos mucho para darnos cuenta que también tenemos derechos y que si no los conocemos no los hacemos respetar.
Control (reproduce silencio de 5 segundos que es interrumpido por un suspiro largo y profundo)
Margarita (con tono triste y lloroso)
Ayyy Sandrita, yo pensé que no iba a sobrevivir. Por un momento, mientras recibía un golpe y otro más, se me fue la visión, el hombre ese ya no estaba fue muy raro me vi como de 8 años en la casa de mis padres, descalza y el que me pegaba e insultaba era mi papá borracho mientras mi madre lloraba y le rogaba que no me golpeara más pero él no paraba hasta que mi madre me metió y de un empujón la tiró al piso y la encendió a pata ¡Fue horrible!
Doña Sandra (consolándola )
Yo sé mijita, yo sé lo que es eso, pero saldrás de ésta y aprenderás a defender tus derechos Mira a mí me costó mucho pero lo logré. Cuando nació Santiago yo tenía tan solo 17 años y tuve que salir a buscar trabajo, no tenía el apoyo de nadie. Rodé de una lugar a otro hasta que a los 20 años descubrí el ejercicio de la prostitución y fíjate que a pesar de todo me quedé
Margarita (contundente)
Yo no me voy a quedar. No voy a pasar otra vez por estas, ¡no, no señora! Tan pronto como me pasen estos morados y pueda caminar bien voy a buscar otro trabajo ¡lo juro!
Doña Sandra (asintiendo y en tono de recuerdo)
Está bien, tienes derecho a pensar así y a intentar cambiar de vida, lo importante es que en el lugar en el que estés te hagas respetar. Te voy a contar mi experiencia cuando tenía apenas como tres meses en este trabajo, un día llegó un tipo alto, delgado y muy bien puesto parecía como de estrato seis el hijo de... su mamacita. Yo me sorprendí cuando me eligió a mí, quién lo iba a pensar, yo era la novata
Control (reproduce timbre del teléfono celular tres veces )
Doña Sandra (algo molesta)
¡Aló! ¿Quién habla?... - No señor, está equivocado
Margarita (en tono de intriga)
Sigue, sigue por favor cuéntame!
Doña Sandra (con tono serio)
El tipo me dijo que se llamaba Pedro y que le gustaba bailar y tomarse sus aguardientes de vez en cuando. Como te parece que yo no sabía tomar y me emborrachaba con el solo olor. Entonces pidió una botella y me sacó a bailar hasta bailaba bien el guache y olía más bueno. Cada vez que volvíamos a la mesa me obligaba a beber. Entre trago y trago empezó a ser brusco y a cogerme duro del brazo Al cabo de un rato pidió otra botella y casi se fue sin darme cuenta. Lo cierto era que yo ya veía borroso y caminaba en zigzag
Control (reproduce cortinilla musical que indica corte y paso al narrador)
Narrador 1 (Voz femenina)
Doña Sandra y Margarita estaban tan entretenidas con la historia que no se dieron cuenta que Santiago había llegado y ahora estaba ahí frente a ellas escuchándolas
Control (reproduce efecto de unas llaves que caen sobre la mesa)
Santiago (sonriente)
¿Cuándo fue eso mami? Hola Margarita ¿cómo sigues?
Control (reproduce cortinilla musical que indica corte y paso al narrador)
Narrador 2 (Voz masculina)
Las dos mujeres se quedaron mudas, se miraron y por unos segundos ninguna de las dos supo qué responder
Santiago (expectante)
¿Cómo así no me van a echar el cuento?
Doña Sandra (algo nerviosa)
nnnhhh, claro que sí mi amor ¡siéntate! Le decía a Margarita que después de dos botellas de aguardiente yo ya no sabía de dónde era vecina. Así que el cliente aquel me llevó al cuarto. En menos de lo que canta un gallo estaba sin ropa y de rodillas yo creo que me estaba quedando dormida porque me despertó una mechoniada que me dejó en sano juicio; enseguida el tipo me empujó y caí de espaldas contra la mesa yo no entendía nada pero tampoco sabía ¿cómo defenderme ni qué decirle? Solo lloraba y lloraba sin parar.
Margarita (interrumpiendo con llanto)
Es que además uno no está esperando que le pasé eso ahora me acuerdo que la Tata sí me había advertido y me había dicho que tenía que gritar y coger lo que encontrara a mano y darle en las guevas al man (se sonríe resignada) pero yo ni me acordé
Santiago (intrigado)
¿Y qué pasó entonces mami?
Doña Sandra (con ganas de terminar el relato, acelera el ritmo)
El tipo ese medía como dos metros o no sé si era que yo lo veía gigante. Lo cierto fue que me levantó como si fuera una pluma y me botó en la cama, de un solo salto se me montó encima y me tomó de las muñecas, mientras me gritaba perra, puta y zorra yo no podía moverme, solo lloraba y creo que los gritos me salían para adentro porque nadie vino a ayudarme (con tono de rabia) Mientras me violaba, ahora lo sé fue una violación, me pegaba en la cara: No sé cuánto tiempo estuve así. Cuando desperté estaba en el hospital, me dolía hasta la punta del pelo, me faltaba dos dientes y parecía un monstruo
Control (Reproduce un silencio de 5 segundos y empata con la cortinilla musical que indica corte y paso al narrador)
Narrador 2 (Voz masculina)
Santiago conoce muy bien la historia de su madre. Ella se ha encargado de contarle todo por eso él la respeta y la quiere más que a nadie pero ella jamás le había contado que hubiera sido víctima de violencia sexual. En silencio se levantó, la abrazó y le dio un beso en la frente. De pronto recordó que Margarita estaba ahí sollozando, entonces le extendió una mano y los tres se fundieron en un largo abrazo
Control (reproduce música que indica final del capítulo)
Narrador 2 (Voz masculina)
Aquí terminan por hoy Historias del Condón-minio. Un espacio donde las personas distintas tienen derechos iguales La nueva radionovela de Radio Diversia.
No se pierda nuestra próxima historia