Niña: ¿Qué pumas, abuelo uhmmmm?
Abuelo: “Pumas grises”. Eso significa “Titicaca” en nuestra lengua aymará. Es una historia antigua, muy antigua, escucha te cuento… Apu Qullana Awki había creado al mundo. La tierra, el cielo, los animalitos… y la gente. Cuando terminó de crear, el Apu fue a vivir a los cerros de nieve.
Apu Qullana Awki: Sean felices. Vivan tranquilos en este paraíso que les doy.
Abuelo: En aquellos tiempos, este lago era un valle hermoso. No había envidia ni peleas entre la gente. El único mandamiento de Qullana Awki era no subir a la montaña sagrada, donde él vivía.
Hombre: ¿Y por qué no vamos a subir? Queremos ser poderosos como él.
Abuelo: Desobedecieron. Pero cuando estaban subiendo el cerro… el Apu hizo salir de las cuevas muchos pumas grises que devoraron a la gente. Casi todos murieron. Entonces, padre Sol, tata Inti, lloró sin consuelo durante cuarenta días y cuarenta noches. Las lágrimas del Sol fueron formando una laguna, un gran lago que ahogó a todos los pumas. La poquita gente que se salvó, dijo: “qaqa titinakawa”. Ahí están los pumas grises. Titi-caca.
Niña: ¿Así nació este lago, abuelo?
Abuelo: Y así renació nuestro pueblo, la gran nación aymara, agradecida del Sol, bendecida por la Pachamama.
Locutora: Los aymaras viven en el altiplano de Bolivia y Perú, a tres mil ochocientos metros de altura. Son más de dos millones y habitan desde el lago Titicaca hasta el norte de Chile y Argentina.
Locutor: Hace más de cuatro mil años, en torno al templo de Tiwanaku, se desarrolló la sabia civilización aymara.
Padre Sol, gran Wiracocha. Madre Tierra, Pachamama siempre fértil.
Locutor: El mundo aymará, profundamente religioso, sigue los ritmos de la naturaleza.
Locutora: En la cultura aymará, la vida es circular, como el camino del Sol. Del oriente viene la luz y las lluvias. Los templos y las casas deben mirar hacia allá. En el occidente está el ocaso donde se pierden las aguas, el desierto de Atacama.
Locutor: Sobre las cumbres andinas, majestuoso, hace círculos el cóndor.
Locutora: El mundo aymará es dual. Todo es dos. Cielo y Tierra. Noche y Día. Hombre y mujer. Hasta los apus, los cerros sagrados, son masculinos y femeninos.
Locutor: Son un pueblo milenario dedicado al pastoreo de ovejas y llamas, y la siembra de productos para sustento de ellos mismos y la venta de los mismos productos en pocas cantidades.
Locutora: Y sobre todo en un gran porcentaje al cultivo de la papa, usando técnicas ancestrales.
Locutor: La coca es sagrada para los aymaras. La mascan para combatir el frío y el dolor que causa el trabajo cotidiano. Y los yatiris echan sus hojas sobre la tierra para conocer el futuro.
Locutora: A mediados del siglo 15, los aymaras fueron conquistados por los incas. Pero mantuvieron su lengua y sus tradiciones.
Locutor: En el siglo 16, llegaron los españoles al mando del cruel Diego de Almagro.
Locutora: Años más tarde, en las minas de plata de Potosí, fueron exterminados millones de indígenas aymaras y quechuas.
Locutor: Las rebeliones encabezadas por Tupaj Amaru y Micaela Bastidas, Tupaj Katari y Bartolina Sisa, mostraron la dignidad y el coraje de los pueblos andinos.
Abuelo: Mira el lago hijita, el lago de los pumas grises. Después de aquellos, vinieron otros pumas que nos despedazaron. Vimos a nuestros hijos escupiendo sangre en la mina. Vimos a nuestras hijas violadas, humilladas por los amos blancos. El Sol volvió a llorar por nosotros.
Pero el mundo da vueltas. Ahora está de cabeza, al revés, injusto. ¡Pero se enderezará!. Habrá un “pachakuti”. ¿Sabes qué dijo Tupaj Katari cuando los españoles lo descuartizaban?.
Niña: ¿Qué dijo, abuelo?
TUPAJ KATARI: ¡Me matarán. Pero mañana volveré y seré millones!.
Abuelo: Mañana es hoy, muchacha. Aquí estamos, la gran nación aymara, los hijos y las hijas del Sol y de la Pachamama.
LIBRETOS ENVIADOS POR: MIGUEL ÁNGEL MEDRANO