¡Mmm, ahí viene Estela, desde que aprendió a leer se cree la muy muy!
Cómo me cae mal Rosa, anda con esas ideas de que todos debemos ayudar en la casa, ¿qué no sabe que eso es cosa de mujeres?
¿Te suenan conocidas estas conversaciones?, quizás eres quien las escucha de alguna amiga o conocida que pasa el tiempo más atenta a lo que viven los demás, que a lo que ocurre en su propia casa, o quizás, eres tú quien las dice, pensando que tienes la razón, que la otra se equivoca y tienes el derecho de juzgarla.
Hoy, quiero invitarte a reflexionar en la forma de la que hablas de otras mujeres, a que te des cuenta que muchas veces no son los hombres los únicos responsables de la violencia y maltrato que estas viven, porque en realidad, con estos simples ejemplos, podemos ver que somos nosotras, las mujeres, quienes más nos hacemos daño, criticándonos entre nosotras, creando y esparciendo chismes de las demás, haciéndolas quedar mal y apagando sus sueños.
Mujeres, es primordial entender que nos necesitamos todas. No para luchar contra el hombre, sino para fortalecernos entre nosotras, para ayudarnos a levantar en los momentos más difíciles y confusos, para alentarnos y para enseñarle a la otra, lo que nos ha funcionado, siempre desde el respeto, para crear entre todas, eso que les exigimos a los hombres pero que nos corresponde crearnos primero.
El amor, las oportunidades, el respeto y el cuidado, deben empezar por nosotras mismas.