zumban las balas en la tarde última
jorge luis borges
talas elevando voces de las aguadas,
gritos de teros atardeciendo pastos,
araucarias adormeciendo gemidos de paysandú,
apenas los últimos cañones,
apenas nada,
pavón sentido
como la deserción de basualdo,
un paraguayo reprocha silencios,
mirada deteniéndose en bandadas de palomas,
tibiezas de mates,
la tinta derramada después por escritores
dibujaba manchas en la tierra,
el cielo mantenía la cautela
de la compostura de su estampa,
desde lejos esperaba la partida,
su antigua venganza,
la vio entrar al palacio
con pistolas y caballos
-no se mata a un caudillo en su casa,
voz mezclándose en disparos
y sangre cuchillos,
gritos de viva lópez jordán,
viva lópez jordán.
palacio san josé, diciembre de 1987