¿Qué nos enseñan en la escuela sobre el 12 de octubre?
Que Cristóbal Colón nos descubrió.
Que gracias a eso tenemos cultura.
Que España es la madre patria.
Que los pueblos que encontraron eran atrasados y bestias salvajes.
Pero no.
Colón nos encontró de casualidad. Esta tierra estaba poblada por comunidades que trabajaban: con su cultura, sus creencias, sus lenguas y su religión.
Que se encontraron dos culturas ni que nada. Nos impusieron su cultura, arrasaron con buena parte de la nuestra a punta de violencia y terror. Nos impusieron su religión, y además de todo, nos colocaron dueño, los reyes de España. Y nos dotaron su idioma. ¡Que madre patria!
Algunos pueblos de nuestra América se alzaron en resistencia ante la invasión. A otros, los asesinaron y exterminaron porque creyeron en sus ofertas.
La Cacica Gaitana enfrentó a los asesinos. Dirigía un ejército de valientes, hombres y mujeres, que resistían a los invasores. Pero las crónicas de los españoles dejaron para la historia una imagen de barbaridad y crueldad, en realidad era una valiente mujer.
Como ahora en el 2014, el ataque de ellos, los invasores, lo justifican con supuestas buenas intenciones; invaden, matan, roban a nombre de los pueblos que dicen defender. Hoy como ayer, van por nuestras riquezas; por materias primas y mano de obra barata para poder mantener un nivel de vida alto a costa del trabajo de millones de seres que son vistos como desechables.
Pero no.
La América Latina resiste, igual los pueblos del mundo. Y en Colombia las guerrillas; las organizaciones sociales; los partidos de izquierda, resisten. Igual lo hacen las mujeres y hombres desplazados por la violencia impuesta por el Estado a través de sus paramilitares; resisten también los pueblos indígenas; las comunidades negras por mantener sus culturas y lugares ancestrales. Lucha la población LGTBI por ser reconocidos como iguales. En fin, todas y todos, hoy como ayer, exigimos justicia social única forma de que haya paz real para la nación.
Poema de Pablo Neruda
XII
Ximénez de Quesada (1536)
Ya van, ya van, ya llegan,
Corazón mío, mira las naves.
las naves por el Magdalena,
las naves de Gonzalo Jiménez
ya llegan, ya llegan las naves,
detenlas río, cierra
tus márgenes devoradoras,
sumérgelos en tu latido,
arrebátales la codicia,
échales tu tropa de fuego,
tu vertebrados sanguinarios,
tus anguilas comedoras de ojos,
atraviesa el caimán espeso
con sus dientes color de légamo
y su primordial armadura,
extiéndelo como un puente
sobre tus aguas arenosas,
dispara el fuego del jaguar
desde sus árboles, nacidos
de tus semillas, río madre,
arrójales moscas de sangre,
ciégalos con estiércol negro,
húndelos en tu hemisferio,
sujétalo entre las raíces
en la oscuridad de tu cama,
y púdreles toda la sangre
devorándoles los pulmones
y los labios con tus cangrejos.
Ya entraron en la floresta:
ya roban, ya muerden, ya matan,
¡Oh Colombia! Defiende el celo
de tu secreta selva roja.