Jesucristo sobre una devoción muy extendida en el mundo
católico, el rosario. Usted nos decía que su madre no le había
pedido a nadie que lo rezara. ¿Quién, entonces? ¿Tal vez usted
mismo cuando andaba por estas tierras?
JESÚS No, porque esa oración tiene algo que no me suena bien.
RAQUEL ¿Algo?
JESÚS Una frase. ¿Cómo es eso de Santa María...?
RAQUEL Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...
JESÚS Lo de santa está bien, porque mi madre y todas las madres son
santas. Son benditas. Hacen el milagro de la vida, el mayor de los
milagros. Pero lo de Madre de Dios...
RAQUEL Bueno, Madre de Dios porque...
JESÚS Dios no tiene madre ni padre. Si los tuviera, no sería Dios.
RAQUEL Pero como usted es Hijo consustancial de Dios Padre y María es
su madre, entonces María es también la Madre de su Padre, que
es Dios... Esto es un dogma.
JESÚS No, eso es un enredo. Dios no tiene principio ni fin. Si tuviera una
madre, sería mortal como cualquier hijo de mujer... ¿Quién
inventó semejante cosa?
RAQUEL Lo ignoro, pero puedo consultar a... deje ver... tal vez a la
sicóloga británica Anne Baring... Ella sabe mucho sobre su
madre... ¿Anne Baring?... La molesto para que nos resuelva una
duda... ¿De dónde salió eso de que María es madre de Dios?
ANNE Del Concilio de Éfeso, en el siglo quinto. Fue una maniobra del
obispo Cirilo. Este obispo, un personaje arrogante que por
fanatismo había ordenado quemar la Biblioteca de Alejandría,
estaba peleado con otro obispo llamado Nestorio.
JESÚS ¿Y qué tiene que ver ese pleito de obispos con mi madre?
RAQUEL Pregunta Jescristo que qué tiene que ver eso con su madre.
ANNE En ese Concilio, Cirilo quiso liquidar las ideas de Nestorio sobre
María. Y para eso, propuso la “Theotokos”.
RAQUEL ¿La qué?
ANNE “Theotokos”, palabra griega. Que María es madre de Dios. Como
a los demás obispos les parecía una herejía afirmar que Dios
tiene madre, Cirilo los sobornó con grandes sumas de dinero. Y
ganó la votación. Digamos que lo de Madre de Dios fue un dogma
bien pagado.
RAQUEL Gracias, Anne... Francamente... Nuestra audiencia debe estar
aturdida... Y usted, Jesucristo, ¿qué piensa de lo que acaba de
escuchar?
JESÚS Pienso que para engrandecer a mi madre no hay que
empequeñecer a Dios.
RAQUEL Si su madre estuviera ahora con nosotros...
JESÚS Se reiría igual que yo. Ni siquiera Pablo, que se enredaba tanto
hablando de mí y de Dios, llegó a decir una cosa semejante.
RAQUEL Pero, entonces, ¿quién es María?
JESÚS María es mi madre.
RAQUEL ¿Y Dios?
JESÚS Dios es Dios, Raquel. Dios no tiene madre. ¿Y sabes por qué?
Porque Dios es madre.
RAQUEL Un momento, Jesucristo, que tengo una llamada... ¿Sí?... ¿Cómo
va a ser?... ¿Por dónde?... Gracias por el aviso... Jesucristo,
tenemos que irnos.
JESÚS ¿Qué pasa?
RAQUEL Parece que un grupo de cristianos está indignado con las
cosas que usted está diciendo y vienen hacia acá... Quieren
apedrearlo... Son fundamentalistas del Vaticano, fanáticos...
JESÚS ¡Como los de Cirilo!... Se repite la historia... Cuando hablé aquí
en Nazaret, hace dos mil años, pasó lo mismo. Es que ningún
profeta es bien recibido en su tierra... ni en su iglesia. ¡Vámonos!
RAQUEL ¿A dónde?
JESÚS A Cafarnaum. ¡Quiero volver a ver el lago de Galilea!... Vámonos
ya.
RAQUEL Pues nos vamos. Para Emisoras Latinas, reportó Raquel Pérez.
CONTROL CARACTERÍSTICA MUSICAL
LOCUTOR Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su
segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José
Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.
MÁS DATOS SOBRE ESTE POLÉMICO TEMA...
María: encerrada en cuatro dogmas
La iglesia católica proclama cuatro “dogmas de fe” en torno a María. El central
es que María es Madre de Dios. Los otros son: María es Virgen, María no tuvo
pecado original (Inmaculada Concepción) y María subió al cielo en cuerpo y
alma (Asunción a los cielos). Proclama también la iglesia católica otras cuatro
“verdades fundamentales” sobre María: María es corredentora, María es reina,
María es madre espiritual de todos los creyentes y María es medianera de
todas las gracias.
El culto a María ha ido en ascenso imparable con los siglos. La primera iglesia
dedicada a María no aparece en Roma hasta el siglo IV. Y es hasta el siglo VIII
que a María se le reserva un culto de “hiperdulía” (extrema reverencia), por
debajo del de “latría”, que merecen solo Dios y Jesús, pero muy por encima del
de “dulía” que merecen los santos y santas.
A partir del siglo XVI, la Reforma protestante cuestiona el culto a María: Las
iglesias protestantes históricas no admiten los dogmas marianos. Sin embargo,
la crítica protestante de la mariología católica no contribuyó a des-patriarcalizar
el cristianismo nacido de la Reforma. Más bien, acentuó sus rasgos masculinos
y hasta empobreció emocionalmente su espiritualidad.
Madre de Dios: un dogma
“María Madre de Dios” fue un dogma definido por el Concilio de Éfeso (año
431) y más tarde proclamado por el Concilio de Calcedonia (año 451) y el
segundo de Constantinopla (año 553). Su formulación —basada en los
conceptos naturaleza / persona— hay que inscribirla en la filosofía helenista
que dominaba entonces la Cristiandad. La instalación del dogma fue precedida
de una disputa violenta entre el patriarca de Alejandría, Cirilo, y el patriarca de
Constantinopla, Nestorio. Cirilo proponía la fórmula “Theotokos” (Madre de
Dios) y Nestorio proponía “Christotokos” (Madre de Cristo, es decir, del Jesús
humano y mortal). Finalmente se adoptó como dogma la doctrina propuesta por
Cirilo, se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos
fueron condenados como herejes.
En Éfeso y en Calcedonia ganaron los alejandrinos. El Concilio de Éfeso
formuló así el dogma: Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay
una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es
sólo madre de la naturaleza, del cuerpo, sino también de la persona, quien es
Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el
tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre
humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así
María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos, Dios y hombre.
Entonces, Ella es la Madre de Dios.
Anne Baring
Anne Baring es una sicoanalista británica que bucea en el inconsciente de las
personas y en el inconsciente colectivo. Con Jules Cashford, también británica
y filósofa, han investigado la presencia de “lo femenino” a lo largo de la historia
de las religiones occidentales y en la psique de toda la Humanidad. El resultado
de este estudio es el extraordinario libro “El mito de la diosa” (Ediciones
Siruela, 2005).
En este libro, Baring y Cashford sostienen, entre otras, la tesis de que la
“divinización” de María en los dogmas y en el culto de la religión católica
expresa la necesidad que la espiritualidad humana tiene de lo femenino, la
nostalgia que tenemos por recuperar a la diosa ancestral, perdida hace más de
cuatro mil años. A la vez, afirman que al hacer a María “virgen” y despojarla así
de su sexualidad, la institución eclesiástica católica ha alejado a María de
aquella Gran Madre primordial, la ha convertido en Reina “del cielo”, negándole
su reinado “en la tierra”. Este cortocircuito cultural-religioso centrado en la
figura de María provoca en la psique colectiva una contradicción fundamental.
Esta contradicción la padecen inconscientemente o la perciben y la rechazan
especialmente las mujeres, a las que se presenta a María como modelo
inimitable. Recomendamos la lectura de este libro, lúcido e indispensable.
Cómo nació el dogma de la Théotokos
Baring y Cashford relatan así el origen del dogma de María Madre de Dios:
Aproximadamente en el año 431 d.C. María fue proclamada no sólo ‛portadora
de Cristo’ sino ‛portadora de Dios’, (en griego, Theotokos), en un concilio
celebrado en Éfeso y presidido por Cirilo de Alejandría. ¿Qué había sucedido?
La posición de María ya era, en este siglo IV, una cuestión obviamente
preocupante. Epifanio, un padre de la Iglesia, había hecho una distinción
precisa: “Que María sea honrada, pero que el Padre, el Hijo y el Espíritu sean
adorados”. En el primer concilio de Constantinopla del siglo IV la maternidad
virginal de María había sido proclamada como una manera de asegurar la
divinidad de Cristo: el dogma llamaba la atención sobre la suspensión de las
leyes naturales en el momento de su encarnación. Más tarde, a comienzos del
siglo V, Nestorio, patriarca de Constantinopla, resaltaba que Cristo poseía dos
naturalezas, una humana y una divina; esto significaba que María llevó a Cristo
en su vientre, pero no pudo haber llevado a Dios. Los obispos de Siria
estuvieron de acuerdo con él, pero no así Cirilo, patriarca de Alejandría. Se
decidió entonces celebrar un concilio en Éfeso para discutir esta cuestión. Pero
Cirilo declaró el concilio abierto antes de que se presentasen los obispos sirios
e inmediatamente excomulgó a Nestorio, a quien no acompañaba nadie que
pudiese defender su causa. Éste fue el dudoso y muy humano fundamento de
un dogma que nunca más se pondría en duda.
Muchos autores y autoras resaltan la “coincidencia” de que este dogma se
proclamara en Éfeso, ciudad que fue centro del culto a la Gran Madre de las
religiones ancestrales, del culto a la diosa frigia Cibeles, diosa de la Madre
Tierra, adorada en Anatolia desde tiempos del Neolítico; y del culto a la diosa
Artemisa, diosa de la caza (Diana para los romanos), una diosa también virgen
y también intercesora ante los dioses.