instalados al sur de la explanada de las mezquitas, aquí en
Jerusalén!... Y nos acompaña nada más y nada menos que
Jesucristo, sí, Jesucristo, el mismísimo Jesucristo, que ha tenido
la gentileza de concedernos unas primeras declaraciones en
exclusiva. Bienvenido a nuestro mundo y a nuestra emisora, señor
Jesucristo...
JESÚS Gracias, Raquel.
RAQUEL Maestro, disculpe la emoción que me embarga... Sé que soy la
primera periodista que lo entrevista y como usted comprenderá...
JESÚS Tranquila, pregunta lo que quieras... Yo también estoy un poco
nervioso... En mi tiempo no existían estos aparatos...
RAQUEL Bueno, entonces... Comencemos. Acérquese al micrófono,
Maestro... La primera pregunta resulta obvia: ¿es ésta su
segunda venida tan esperada por millones de creyentes en todo el
mundo?
JESÚS Sí, claro.
RAQUEL Pero usted había anunciado terremotos y cataclismos para
cuando volviera. ¿Qué pasó?
JESÚS Más bien, yo había dicho que vendría en silencio, sin ruido. Como
una brisa suave.
RAQUEL ¿Y los ángeles y las trompetas y usted bajando glorioso sobre las
nubes del cielo?
JÉSUS ¿Y de dónde sacas tú eso?
RAQUEL ¡De su biografía, de los evangelios!... A no ser que los
evangelistas practicaran ya el sensacionalismo periodístico. ¿Qué
opina?
JESÚS No sé de qué me hablas...
RAQUEL En todo caso, las profecías se están cumpliendo. Mire lo que está
ocurriendo en el mundo: huracanes, terremotos, sequías,
guerras...
JESÚS ¿Tantas calamidades?
RAQUEL Todos los días. Tal vez le toque presenciar alguna. Hace poco, en
Asia, un tsunami acabó con medio mundo. Y en California viven
esperando el Big One... ¿Qué me dice? ¿Estos desastres son
avisos, advertencias que nos manda Dios?
JESÚS No lo creo, porque un padre no avisa enviando escorpiones a sus
hijos.
RAQUEL Tal vez no lo entiendo bien, pero, dígame, ¿están o no
relacionados estos desastres con este inesperado regreso suyo?
JESÚS No, Raquel, yo no he venido a causar ningún desastre.
RAQUEL Entonces, ¿a qué ha venido usted, Maestro?
JESÚS ¿Por qué siempre me llamas “maestro”? Sólo hay un Maestro, el
del cielo.
RAQUEL ¿Y... cómo debería llamarle? ¿Jesucristo?
JESÚS Llámame Jesús, ése es mi nombre.
RAQUEL Bueno, pues... Jesús... señor Jesús, volvamos al motivo de su
visita. ¿Usted ha venido a realizar el Juicio Final?
JESÚS No. Eso es asunto de Dios. Sólo Él sabe el día y la hora.
RAQUEL ¿Y entonces?
JESÚS Después de tanto tiempo ausente, quiero saber cómo van las
cosas en este mundo y, sobre todo, entre quienes dicen ser mis
seguidores. Como aquel patrón que repartió talentos entre sus
trabajadores, se fue a un largo viaje... Y después, regresó.
RAQUEL ¿Se quedará un tiempo entre nosotros?
JESÚS No sé, tengo curiosidad por ver qué han hecho en mi ausencia y
en mi nombre. Pero ahora ya debo irme.
RAQUEL ¿Cómo que irse? Si yo tengo cien preguntas que hacerle y
apenas he hecho una...
JESÚS Pues guarda las 99 para otro momento. Que ya cae la tarde y los
campesinos nos acostamos temprano. ¡Shalom, hermana! ¡Paz
contigo!
RAQUEL Hasta la próxima... Ha sido nuestra primera entrevista exclusiva
con Jesucristo en su tierra natal y en ésta su segunda venida...
¡Increíble, increíble pero cierto!... Para Emisoras Latinas, Raquel
Pérez, Jerusalén.
CONTROL CARACTERÍSTICA MUSICAL
LOCUTOR Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su
segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José
Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.
MÁS DATOS SOBRE ESTE POLÉMICO TEMA...
Regresa “el patrón”
La parábola del patrón que se va de viaje y reparte talentos a sus capataces
para que negocien con ellos (Mateo 25,14-30 y Lucas 19,11-27) la contó Jesús,
entre otras cosas, para sacudir la conciencia de los dirigentes religiosos de su
tiempo a quienes Dios pediría cuentas de lo que habían hecho y de lo que
habían dejado de hacer por su pueblo. Las primeras comunidades cristianas
hicieron de esta parábola un llamado a la responsabilidad. Ahora, Jesús en su
“segunda venida” es el patrón que regresa a ver qué se ha hecho “en su
nombre y en su ausencia”.
Los catastrofismos bíblicos
La “segunda venida” de Jesucristo está asociada en la imaginación popular y
en la predicación de muchos pastores y clérigos a catástrofes y cataclismos, en
base a una interpretación literal de los textos apocalípticos o escatológicos de
la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Daniel 12,1-13;
Joel 2, 1-11; Amós, 5,14-20; Apocalipsis 19,11-21).
En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas aparecen discursos de Jesús
acerca de la catástrofe que se avecina sobre el mundo. Tradicionalmente, han
sido leídos como una descripción detallada de todo lo que sucederá el último
día y se usan para sembrar el terror en personas ingenuas o para hacer
interpretaciones anticientíficas del origen de los desastres ecológicos que
actualmente ocurren en el mundo.
Los desastres naturales son “sociales”
Los desastres “naturales” —ante los que muchos reaccionan con impotencia,
como nuestros antepasados reaccionaban ante epidemias como la peste—
debemos entenderlos desde una perspectiva más integral, como desastres
“sociales”. Asumiendo este enfoque, una importante corriente de científicos ha
elaborado esta ecuación: R=AxV, que significa Riesgo = Amenazas por
Vulnerabilidades. El riesgo de que ocurra —en el hogar, en la comunidad, en el
país o en el planeta— una catástrofe o un desastre es el resultado de las
amenazas que existen multiplicadas por las vulnerabilidades que frente a ellas
tenemos.
El desastre de la resignación
Entre las vulnerabilidades humanas (económicas, sociales, técnicas, culturales,
educativas, institucionales), los científicos identifican también la vulnerabilidad
ideológica: la resignación ante el desastre. La resignación del pensamiento y
de la acción, considerando que el terremoto o el huracán o la sequía o la
inundación son “una prueba de Dios”, “un castigo de Dios”, “una señal de Dios”,
nos hace especialmente vulnerables.
Más información sobre desastres naturales que deben ser comprendidos como
desastres sociales en: http://www.envio.org.ni/articulo/3085