El próximo 7 de agosto se posesionará el nuevo presidente en Colombia, es decir que en solo 17 días, el presidente Santos formalizará el Cabildo Misak que está en disputa con el pueblo Nasa. ¿Por qué durante su gobierno no formalizó todas las solicitudes de constitución de resguardos existentes con el mismo afán que tiene ahora?, ¿Por qué no ha tenido esta misma actitud frente a los asesinatos, amenazas, persecución contra las y los liberadores de la Madre Tierra en el norte del Cauca?, ¿Por qué será que este conflicto entre pueblos empobrecidos sí merece acciones urgentes, mientras los conflictos históricos entre empresarios contra pueblos no? Si los pueblos indígenas quieren defender su autonomía y su dignidad, no pueden dejar en manos de un gobierno que siempre ha negado sus derechos y aprovechado sus contradicciones para seguir despojándolos de sus culturas y territorios. Si es necesario acceder a mediaciones externas, respetuosas e imparciales para superar conflictos, ese tercero reconocido y merecedor de respeto no es un Presidente cuya palabra contradice su quehacer frente a los derechos indígenas. El mismo que como Ministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez ofreció apoyo al pueblo Awá luego de una masacre cometida por las FARC mientras las fuerzas armadas a su cargo habían cometido y siguieron cometiendo atrocidades contra este pueblo. Un personaje que calcula siempre para beneficio de élites y transnacionales. Si es necesaria la ayuda para dirimir un conflicto como este, es hora de demostrar la sabiduría ancestral y convocar la mediación de las y los líderes respetuosos de Colombia o de otros países que ayuden a superar con dignidad esta absurda guerra en ciernes. El único beneficiario de esta situación es el proyecto del régimen que Santos representa, es decir, el conquistador que disfruta con las contradicciones y conflictos de los indígenas para someterlos, denigrar de estos pueblos y legitimar la barbarie, el despojo y la mentira de más de 500 años. Sabiduría, no entrega al oportunismo y al abuso, eso es lo que hace falta para convivir. Ni en la confrontación, ni bajo la ley del explotador se resuelve este conflicto de tierras. A Santos y a los demás Presidentes una sola demanda, reconozca inmediatamente todas las tierras y resguardos que siguen enfrentando el abuso de terratenientes, del agronegocio y de transnacionales extractivistas y respete que los pueblos indígenas resuelvan entre sí sus diferencias. A los pueblos Nasa y Misak, que pongan por encima de ambiciones y diferencias que nada resuelven, el derecho común a la Madre Tierra colectiva, compartida y libre. ¿Cómo Así? Pueblos en Camino