Narrador Se estuvo anunciando con mucha propaganda, por todos los medios de comunicación. Ahora toda la gente se aglomera para entrar y colocarse en los mejores lugares. Aunque eso no es necesario, porque los equipos de sonido son tan potentes, que se escucha con fuerza en cualquier rincón que uno se coloque. Se trata de la inauguración del templo más grande del país. Además del enorme auditorio, tiene salas para los distintos grupos. Hay un mercado de tiendas bien distribuidas para que toda la gente tenga que pasar por ellas. Hay patios y jardines, sin olvidar el inmenso estacionamiento para los carros y autobuses de quienes llegan al evento. Se han congregado grupos tanto de católicos como de evangélicos y hasta de pseudo-cristianos. Pareciera que todo el país se ha juntado este día para el acto ecuménico que está por iniciar.
Pedro ¿Ecuménico? ¡Este es más bien un acto económico!
Jesús Si anuncian un acto ecuménico, será que se está acercando la unidad de los cristianos. Vamos a conocer de qué se trata, a ver si están dando la Buena Noticia del Reino.
Narrador Hay un gran barullo. Músicas estridentes y gente que baila, como si estuviera drogada. Hay quienes se desmayan, mientras los demás gritan ¡Milagro! Predicadores que vociferan y profieren amenazas contra los pecadores e infieles. Y, sobre todo, las tiendas de artículos religiosos, donde se puede encontrar desde un crucifijo de tamaño natural hasta biblias en las más variadas versiones. Rosarios, medallas, escapularios, estampitas, afiches todo lo imaginable para las personas piadosas, libros, revistas, CDs de cantos y predicaciones, y hasta películas religiosas en DVD. Hay contadores calculando el monto de los diezmos que debe dar la población, salas de curaciones instantáneas y para la obtención de toda clase de milagros.
Jesús Tienes razón, Pedro. Esto no es un acto ecuménico, sino un mercado de la religión ¡Padre, me devora el celo por tu Casa!
Narrador Jesús hace un látigo con cuerdas y empieza a echar fuera a los negociantes; derriba las mesas de los vendedores y desparrama el dinero por el suelo.
Jesús ¡Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Padre en una cueva de ladrones!
CONTROL RUIDOS DE MESAS Y DINERO CAYENDO. GRITOS.
Pedro Nunca habíamos visto a Jesús tan furioso y enojado.
Juana Ay Dios mío, ahí vienen los dirigentes de este evento. Yo mejor me escondo bajo una mesa, si es que quedó alguna parada.
Dirigente ¡¿Qué estás haciendo?! ¿Te atreves a profanar la casa de Dios?
Jesús Ustedes la han profanado, comerciando con la fe de la gente sencilla.
Dirigente ¿Y tú quién te crees? ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?
Jesús Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días.
Dirigente La construcción de este templo nos ha llevado más de tres años y varios millones de dólares y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?
Jesús El verdadero templo de Dios es cada persona que hace la voluntad de mi Padre. El no necesita de estas manifestaciones que no son culto, sino mercado religioso. Ustedes son comerciantes, que negocian con la credulidad de la gente y se aprovechan de la ignorancia de la mayoría de los cristianos y cristianas. Se hacen millonarios con las ofrendas de los pobres y justifican las injustas ganancias de quienes explotan a los humildes.
Dirigente Tú no sabes de finanzas ¿y quieres darnos clase de economía? ¿No has leído la Biblia, que dice que las riquezas son bendiciones de Dios para quienes le somos fieles?
Jesús Y si la mayoría son pobres ¿es que Dios no los bendice? ¿No son los pobres los preferidos de mi Padre?
Dirigente Nosotros sólo recibimos los diezmos, que nos corresponden por servir en la Casa de Dios.
Jesús Y si viven de los diezmos ¿para qué tienen grandes fincas, empresas, cuentas millonarias en los bancos, casas y carros de lujo ?
Dirigente Ahora te estás metiendo en política
Jesús Aquí no se cumple el mandamiento del Amor. Nadie defiende a los pobres ni protege los bienes y la vida de los más humildes. Se está repitiendo de nuevo lo que Jeremías condenaba en su tiempo: el templo se ha convertido en una cueva de ladrones. La cueva no es el lugar donde se cometen los crímenes, sino donde se refugian los ladrones y criminales después de haberlos cometido. Así sucede en este lugar: no es en el templo donde se cometen los crímenes, sino fuera, con salarios injustos, con estafas y usuras, con malversación de los fondos que deben ir para los servicios sociales y después esos ladrones vienen a este templo a refugiarse y ustedes acumulan su botín.
Dirigente Ahora sí te has pasado de la raya. Estás buscando tu propia perdición, Te quieres meter a mártir
Jesús ¿Y quién me va a matar? ¿Ustedes o quienes los financian? Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días.
Dirigente Claro que te destruiremos, como destruimos a cualquiera que se opone a la gloria de Dios. Tu templo será destruido, pero el nuestro permanecerá para siempre.
Jesús En verdad les digo, que de este templo no quedará piedra sobre piedra.
Narrador Jesús está atacando la religión más poderosa, la del dios dinero. Con este gesto profético les anuncia que este sistema injusto está llegando a su fin y empieza a hacerse realidad el Reino de Dios. Los poderes de la muerte se confabulan contra él y están tramando ya su asesinato. Pero no saben que su muerte será su victoria. Ni sus discípulos y discípulas comprenden eso todavía. Solamente cuando resucite de entre los muertos, se acordarán de que lo había dicho y creerán tanto en la Escritura como en estas palabras de Jesús.
Jesús ¡El Reino de Dios ha llegado a ustedes!