Radioteca ya no recibe más audios. Los audios existentes permanecerán en línea.

[Leer aviso]

Por falta de fondos, desde junio de 2020, este portal de intercambios se encuentra congelado. Ha sido imposible mantener activo el sitio que ha crecido constantemente desde que se abrió en 2006. Queremos agradecer a quienes, de una u otra forma, apoyaron esta iniciativa de Radialistas Apasionadas y Apasionados: la oficina de UNESCO en Quito por aportar el empujón inicial; a CAFOD por confiar siempre en nuestras iniciativas; a HIVOS y la DW-Akademie por sus apoyos para ir mejorando la web y mantener el servidor; a Código Sur por sostener técnicamente Radioteca la mayoría del tiempo que estuvo activa; a Roberto Soto por su solidaridad técnica en estos últimos años; y la Red de Radios Comunitarias y Software Libre que, junto a Guifi.net, permiten que esta versión final de Radioteca siga en línea y no se pierdan nunca los audios que muchas radios nos confiaron a lo largo de 14 años.

Recomendamos Archive.org para guardar tus audios online.

56- ¿Homosexuales?
Descripción:

¡100 entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra! Los autores de OTRO DIOS ES POSIBLE son los hermanos López Vigil, conocidos ya en la región por su anterior producción radiofónica UN TAL JESÚS.

Libreto:
RAQUEL Homosexuales. Gays y lesbianas. Algunas iglesias cristianas les

niegan los sacramentos y les prohíben llegar al sacerdocio. Otras,

los consagran como obispos. A lo largo de la historia, han sido

perseguidos, ridiculizadas, torturados... Homosexuales. Otro tema

crítico y otra entrevista exclusiva con Jesucristo desde Nazaret.

¿Podemos comenzar?

JESÚS Sí, Raquel. Comencemos.

RAQUEL ¿Por qué usted condenó a los homosexuales?

JESÚS ¿Yo? Yo nunca los condené.

RAQUEL Bueno, no los condenó, pero dijo que no entrarían en el Reino de

Dios, que no es lo mismo... pero es igual.

JESÚS Creo que te equivocas, Raquel. Yo nunca dije eso.

RAQUEL Leo aquí en el Nuevo Testamento: “No os engañéis. Ni los

impuros, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,

ni los ladrones, ni los borrachos... heredarán el Reino de Dios”.

JESÚS ¿Quién escribió eso?

RAQUEL San Pablo. Primera carta a los Corintios, 6, 10.

JESÚS Ah, ya, pero no te olvides que Pablo, según me han contado,

había sido fariseo. Se ve que le quedaban muchas durezas de las

que tenían los fariseos. Yo no hice esa lista de pecadores que él

hace, yo nunca hablé contra los homosexuales.

RAQUEL Pero Dios sí habló. Con fuego y azufre castigó a los habitantes de

Sodoma, que eran homosexuales.

JESÚS Pues... creo que vuelves a equivocarte.

RAQUEL ¿No eran sodomitas los sodomitas?

JESÚS El pecado de Sodoma, eso me lo explicó una vez un rabino, fue la

falta de hospitalidad con los mensajeros de Dios. No fue un

pecado sexual, sino social.

RAQUEL Pero, señor Jesucristo, la homosexualidad, ¿no es un pecado

contra natura?

JÉSUS La guerra, el hambre, dejar sin pan a las viudas y a los

huérfanos... Ése es el pecado contra la naturaleza humana.

RAQUEL Entonces, según usted, ¿Dios no condena a los gays ni a las

lesbianas?

JESÚS Dime una cosa, Raquel. ¿Qué hace una madre cuando se entera

que su hijo es distinto a los demás? ¿Le cierra la puerta cuando

llama? ¿Le tira una piedra cuando pide la bendición? Dios es una

madre, no lo olvides.

RAQUEL Entonces, ¿usted los defiende?

JESÚS Muchos los atacan. Para muchos son los últimos. Pero en el

Reino de Dios serán primeros.

RAQUEL No sé, oyéndolo hablar... En su grupo de apóstoles, ¿habría

también algunos homosexuales?

JESÚS Seguramente.

RAQUEL ¿Tal vez Juan, el más joven de los apóstoles, el que escribió uno

de los evangelios?

JESÚS A Juan y a su hermano Santiago yo les puse de apodo “hijos del

trueno”, porque los dos eran muy violentos...

RAQUEL Sin embargo, siempre pintan a Juan afeminado...

JESÚS ¡Porque no lo conocieron!... Y porque no entienden la amistad

entre dos hombres.

RAQUEL ¿Qué le diría usted a las iglesias homofóbicas que siguen

rechazando y condenando a gays y a lesbianas?

JESÚS Que si están libres de pecado, arrojen la primera piedra. Y que

con la vara con que hoy miden, un día serán medidos.

RAQUEL Concluyendo, Jesucristo, ¿admitiría usted en su grupo o

dirigiendo la comunidad a una persona homosexual?

JESÚS ¿Por qué no? Yo nunca pregunté eso a quienes se sumaban a

nuestro movimiento. Yo no colaba mosquitos. Les preguntaba si

querían poner la mano en el arado para luchar por la justicia. Sólo

eso.

RAQUEL Y algo todavía más delicado... ¿aprobaría usted el matrimonio

entre dos hombres, entre dos mujeres?

JESÚS Si en esa unión hay amor, ¿por qué no? Donde hay amor, ahí

está Dios.

RAQUEL Hoy sí, hoy déjeme llamarle Maestro. Gracias, Maestro, por sus

palabras. Creo que muchos gays y lesbianas que estén oyendo

este programa habrán recibido una buena noticia. Desde Nazaret,

reportó Raquel Pérez, Emisoras Latinas.

CONTROL CARACTERÍSTICA MUSICAL

LOCUTOR Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su

segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José

Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

MÁS DATOS SOBRE ESTE POLÉMICO TEMA...

Sodoma y Gomorra

Sodomita es un sinónimo habitual de homosexual. Y en muchas legislaciones

se sigue hablando del delito de “sodomía” al referirse a las conductas

homosexuales. Desde el lenguaje mismo, y con increíble frecuencia, se alude a

los “hechos” ocurridos en las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra (Génesis

19) para justificar la homofobia y hasta la violencia contra homosexuales y

lesbianas.

¿Existieron realmente Sodoma y Gomorra? “Sodoma” deriva de la palabra

hebrea que significa “quemado” y “Gomorra” de la palabra hebrea que significa

“aplastado”. En el afán de encontrar alguna base histórica a este conocido y

manipulado relato bíblico, el National Geographic ha difundido las

investigaciones arqueológicas que descubrieron los restos de dos ciudades de

la Edad del Hierro en las cercanías del Mar Muerto, que aparecen arrasadas.

Según los arqueólogos, estos asentamientos humanos pudieron desaparecer a

causa de invasiones de pueblos enemigos o por terremotos o por incendios, o

por una combinación de estos tres desastres. Lo más significativo, a juicio de

los investigadores, es que en esa zona existen lechos subterráneos de gases

combustibles (el “azufre” bíblico), lo que permite suponer que el fuego

producido por un desastre natural o de otro tipo debió haber provocado

incendios incontrolables y llamativos, que la memoria de los pueblos nómadas

conservó como hecatombes jamás vistas y cuyos relatos se transmitieron

oralmente durante mucho tiempo.

Independientemente de lo que sucediera en estas ciudades o de que hayan

sido ciudades reales o mitológicas, el relato bíblico cuestiona a los vecinos de

Lot por su falta de hospitalidad contra los “ángeles” de Dios, más que por sus

intenciones homosexuales. Los cuestiona por su “pecado social”, no por su

“pecado sexual”.

Pablo: un fariseo

Al rechazar el texto tan excluyente de Pablo contra los homosexuales (1

Corintios 6, 9-10), Jesús le recuerda a Raquel que Pablo había sido fariseo.

Saulo de Tarso ―ése era su nombre y la ciudad donde nació― no conoció a

Jesús y nunca leyó ninguno de los textos que sobre Jesús escribieron los

evangelistas, porque se escribieron después que él recorriera las principales

ciudades del imperio ―Atenas, Corinto, Tesalónica, Alejandría― divulgando su

propia interpretación de la vida y del mensaje de Jesús. Con toda probabilidad,

una interpretación sesgada por sus orígenes culturales y teológicos.

La capacidad viajera y organizativa de Pablo fueron fundamentales para

extender el cristianismo por el imperio romano. Pero, ¿el “cristianismo” de

Pablo fue en todo fiel a la originalidad del mensaje de Jesús y de su

movimiento, caracterizado por la exigencia de relaciones humanas incluyentes

y equitativas? Hoy abunda la reflexión que contrasta la tradición de Jesús con

la de Pablo y que señala las contradicciones que existen entre ellas.

A diferencia de Jesús, Pablo nació en una familia acomodada y recibió una

esmerada educación griega y una educación rabínica con los doctores de la

Ley de Jerusalén. En su etapa pre-cristiana, Pablo persiguió violentamente a

los primeros seguidores de Jesús por ser muy cercano a la mentalidad farisea,

que era severa, intolerante, fanática y excluyente y que fue permanentemente

cuestionada y rechazada por Jesús. Desde esta concepción religiosa, y en

base a posteriores experiencias personales y emocionales, Pablo interpretó a

Jesús y su mensaje. Y siempre quedó en él algo ―o mucho― de sus orígenes

fariseos.

“La boda de las semejanzas”

El historiador estadounidense John Boswell, quien dirigió el departamento de

Historia de la Universidad de Yale, escribió en 1994 el libro “Las bodas de las

semejanzas” (Muchnick Editores). En él, y tras una investigación de doce años,

presenta una evidencia desconcertante: documentos de la iglesia cristiana de

los siglos VI al XIII, que contienen la liturgia con la que se celebraban las

uniones eróticas entre dos hombres.

Boswell recorrió las grandes bibliotecas de Europa, incluida la del Vaticano, y

encontró decenas de manuscritos originales con las oraciones, gestos, salmos

y ceremonial que se practicaban en las bendiciones del amor homosexual

celebradas en iglesias y oficiadas por sacerdotes. El libro de Boswell

demuestra que el matrimonio no fue declarado “sacramento” hasta el siglo XIII

(Concilio de Letrán, 1215) y que sólo a partir de entonces se estableció la

relación heterosexual como la única legítima. Es a partir del siglo XIV que en

Europa occidental empieza a desarrollarse la obsesión homofóbica,

considerando la homosexualidad como el más denigrante de los pecados. En

los rituales que halló, Boswell observó páginas arrancadas o mutiladas

posteriormente, con el fin de esconder lo que hasta entonces se veía con

naturalidad y se celebraba con gozo religioso.

No “contra natura”, sino muy presente en la Naturaleza

El Museo de Historia Natural de Oslo, Noruega, abrió en el año 2006 una

sorprendente exposición sobre la homosexualidad entre los animales. Con

fotos y filmaciones presentan a los visitantes jirafas masculinas apareándose,

ballenas femeninas copulando, monos machos estimulándose genitalmente,

insectos, gatos, perros, pulpos del mismo sexo relacionándose, flamencos

gays, loras lesbianas...

El zoólogo Meter Bockman, uno de los organizadores de la exposición, explicó

que los científicos han observado comportamientos homosexuales en mil

quinientas especies de animales, lo que permite concluir que la

homosexualidad es una realidad natural y frecuente. Refuta Bockman la idea

de que estos comportamientos se den únicamente en los zoológicos, donde los

animales permanecen encerrados, y afirma que la homosexualidad se observa

entre los animales en libertad y en su medio ambiente, señalando que hay

parejas gays de aves y mamíferos que duran juntas toda la vida. En la

exposición se destaca la frecuencia de la homosexualidad entre los pingüinos.

En algunas de sus colonias, una de cada diez parejas es homosexual, un

porcentaje similar al que se observa entre los seres humanos. También se

expone la bisexualidad: en el caso del chimpancé bonobo ―los animales más

próximos al homo sapiens― toda la especie es bisexual. También hay

especies de peces transexuales y de peces travestis.

A partir de estas observaciones, Bockman concluye que la idea de que el sexo

sirve solamente para la reproducción no es cierta ni siquiera entre los animales,

para los que la relación sexual, al igual que para los seres humanos, es más un

asunto de placer y de interacción que de reproducción. Con esta exposición,

sus organizadores pretendieron rebatir científicamente todos los argumentos y

los prejuicios homofóbicos que califican el comportamiento homosexual como

una perversión “contra natura”, contra la Naturaleza.

La homofobia en América Latina

Del doctor en Antropología, Luiz Mott, profesor de la Universidad Federal de

Bahia, Brasil, fundador y presidente del Grupo Gay da Bahia, autor de 15 libros

y más de 200 artículos sobre historia de la homosexualidad, es esta síntesis

histórica:

Cuando se descubrió América, España y Portugal vivían su período de mayor

intolerancia contra quienes practicaban el “abominable y nefasto pecado de

sodomía”. En esa época se instalaron en la Península Ibérica los Tribunales de

la Inquisición, que convirtieron la sodomía en un crimen tan grave como el

regicidio y la traición a la patria. En América, los Tribunales de la Inquisición

persiguieron también a los “sodomitas”. Este delito era uno de los pocos que

las primeras autoridades de Brasil tenían autoridad para castigar con la pena

de muerte sin necesidad de consultar previamente al rey de Portugal.

En los tratados de teología moral de la época de la Conquista se leía: De todos

los pecados, la sodomía es el más torpe, sucio y deshonesto, y no se

encuentra otro más aborrecido por Dios y por el mundo. Por este pecado lanzó

Dios el diluvio sobre la tierra y por este pecado destruyó las ciudades de

Sodoma y Gomorra; por causa de la sodomía fue destruida la Orden de los

Templarios por toda la Cristiandad en su día. Por lo tanto, mandamos que todo

hombre que cometa ese pecado, sea quemado y convertido en polvo por el

fuego, para que ya nunca de su cuerpo y sepultura se tenga memoria.

Al desembarcar en el Nuevo Mundo, los europeos encontraron una gran

diversidad de pueblos y civilizaciones, cuyas prácticas sexuales diferían en

gran medida de la matriz cultural judeo-cristiana, siendo algunas

diametralmente opuestas en cuanto a la desnudez, la virginidad, la poligamia,

el divorcio y sobre todo, la homosexualidad, el travestismo y la transexualidad.

Ya en 1514 se divulga en la “Historia General y Natural de las Indias” que el

gusto por el vicio nefasto se encontraba presente en todo el Caribe y en

algunos territorios de Tierra Firme. Hay constancia de que los conquistadores

se escandalizaron profundamente por esto y lo atribuyeron a la falta de

conocimiento del “verdadero Dios”.

El año 1513 puede ser considerado fecha inaugural de la intolerancia

homofóbica en el Nuevo Mundo: el conquistador Vasco de Balboa, al encontrar

a un grupo de indios homosexuales en el istmo de Panamá apresó a 40 de

ellos y los entregó a perros feroces para que los devoraran, conforme narra

Pietro Martire y lo retrata un dramático grabado de la época. En 1548 se

registra la primera persecución institucional contra europeos homosexuales: en

Guatemala se apresa a siete, cuatro de ellos clérigos. Se salvaron de morir en

la hoguera por un disturbio que tuvo lugar coincidentemente. En Brasil, entre

1591 y 1620, 44 hombres y mujeres fueron acusados y procesados por

sodomía.

A fines del siglo XVIII habían sido denunciados 283 hombres y mujeres por

este delito, 29 eran lesbianas. De ellas, 5 recibieron penas pecuniarias y

espirituales, 3 fueron desterradas y 2 condenadas a azotes en público. La más

famosa, Felipa de Souza, dio su nombre al premio internacional más

importante de derechos humanos homosexuales, iniciativa de la Comisión

Internacional de los Derechos Humanos para Gays y Lesbianas. México lideró

la persecución a los homosexuales durante el período colonial: en 1658 fueron

denunciados 123 sodomitas en la ciudad de México y sus alrededores, 19 de

ellos fueron presos y 14 quemados en la hoguera.

Los Tribunales de la Inquisición desaparecieron en 1820 en Perú y México y en

1821 en Cartagena y Brasil. Pero las mentalidades no cambian por decreto y el

machismo homofóbico sigue siendo un sello característico de la cultura

latinoamericana. En el siglo XX, el suicidio, la total clandestinidad, la baja

autoestima, la marginalidad, los asesinatos, pasaron a ser el pan de cada día

de millones de gays, lesbianas y transgéneros en América Latina, rechazados

por sus familias, humillados en las calles, impedidos de acceder al trabajo.

Investigaciones realizadas en Brasil, país que debe albergar a más de 17

millones de homosexuales, revelan que de todas las minorías sociales, gays y

lesbianas constituyen la más odiada, observándose un continuo que va del

insulto verbal al trato humillante en los medios de comunicación, la violencia

física en las calles, las detenciones arbitrarias y los asesinatos. En México,

hasta hoy a los gays se los llama “cuarenta y uno”, en recuerdo de los 41

homosexuales presos en una sola noche en 1901, que fueron sometidos a

castigos humillantes, obligados a barrer las calles de la capital y a lavar las

letrinas públicas.

Cuba se destacó en la década de los años 60 por la violencia con que

persiguió, apresó y obligó a exiliarse a centenares de homosexuales,

identificando la homosexualidad con la decadencia capitalista. La película

“Fresa y Chocolate”, de Tomás Gutiérrez Alea, y el libro testimonial de Reinaldo

Arenas “Antes que anochezca”, revelan la intolerancia homofóbica de un

período que felizmente ya está siendo superado.

Hasta mediados de los años 90 la homosexualidad seguía siendo considerada

un delito en Chile, Ecuador, Cuba, Nicaragua y Puerto Rico. A comienzos del

siglo XXI todavía persistían leyes contra la “sodomía” en Puerto Rico. Los

obispos y clérigos de la iglesia católica y, últimamente y con mayor rencor, las

autoridades de las iglesias evangélicas fundamentalistas, no han dejado nunca

de atacar a los homosexuales en los medios de comunicación y en los púlpitos.

La homofóbica doctrina oficial católica

A pesar de los avances de la ciencia y del desarrollo de los derechos

humanos en sociedades cada vez más plurales y complejas, las más recientes

posiciones vaticanas frente a la homosexualidad siguen siendo las mismas: la

orientación homosexual se considera un desorden grave, los actos

homosexuales un pecado grave y, en consecuencia, la moral oficial exige a

los homosexuales (los documentos oficiales no usan nunca la palabra

“lesbianas”) una permanente castidad.

En la “Declaración sobre algunas cuestiones de ética sexual” de diciembre de

1975, el Cardenal Joseph Ratzinger, después Papa Benedicto XVI, al frente de

la Congregación para la Doctrina de la Fe, tratando el tema de “la condición

homosexual”, distinguía entre “tendencia homosexual” y “actos homosexuales”,

calificando éstos como “intrínsecamente desordenados”.

Con los avances sociales respecto a la homosexualidad, el Cardenal Ratzinger

volvió a escribir sobre el tema en octubre de 1986 en una “Carta a los

obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral de las personas

homosexuales”. Precisaba en ella que la particular inclinación de la persona

homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una

tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente

malo

desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser

considerada como objetivamente desordenada.

La severidad doctrinal católica se deriva de una idea, persistente en la

moral católica: la actividad sexual es aceptable sólo si está abierta a la

reproducción. Y de esta otra idea: el placer sexual (“autocomplacencia”) es

en sí mismo negativo.

Ratzinger: bases doctrinales para la discriminación

Cuando en varios países del mundo avanzaban legislaciones anti-homofóbicas

y se extendía la reflexión sobre la injustísima discriminación sufrida por los

homosexuales, en el documento vaticano “Consideraciones para la respuesta

católica a propuestas legislativas de no discriminación a homosexuales”

(julio 1992), la Congregación presidida por el Cardenal Ratzinger iba en

otra dirección al afirmar taxativamente: La “orientación sexual” no

constituye una cualidad comparable a la raza, el grupo étnico, etc. con

respecto a la no discriminación. A diferencia de éstas, la orientación

homosexual es un desorden objetivo.

Recién electo Papa, en junio 2005, el Cardenal Ratzinger, alarmado por la

legalización en España de los matrimonios homosexuales, afirmó: Las diversas

formas de hoy en día de disolución del matrimonio, uniones libres,

matrimonios civiles, así como pseudo-matrimonios entre personas del mismo

sexo, son expresiones de libertad anárquica que intentan pasar falsamente

como la verdadera liberación del hombre.

El primer documento hecho público por Ratzinger, ya Papa, en noviembre de

2005, fue una Instrucción en la que orientaba a no aceptar como sacerdotes

católicos a “personas de tendencias homosexuales”.

Nada ajeno deja de ser humano

En el rechazo al “otro” o a la “otra”, actitud que justifica la discriminación contra

las mujeres, los de otra raza, los extranjeros, los enfermos y enfermas de

determinadas enfermedades, contra todos los distintos, las extrañas, los

forasteros, destaca la homofobia, el rechazo a homosexuales y lesbianas por

ser como son y por sentir como sienten. El filósofo español Fernando Savater,

hablando de la “heterofobia” ―palabra con la que pretende englobar todos los

prejuicios―, propone este ideal humanista: Nuestro lema no ha de ser

simplemente “Nada de lo humano me resulta ajeno”, sino también “Nada de lo

ajeno puedo dejar de reconocerlo como humano”. Y la homosexualidad, nos

sea más o menos ajena, es una realidad humana.


[Leer licencia]
Este material se publica bajo los términos de la licencia:
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Usted es libre de:

Compartir — copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato.

Adaptar — remezclar, transformar y construir a partir del material.

Bajo los siguientes términos:

Atribución — Usted debe dar crédito de manera adecuada, brindar un enlace a la licencia, e indicar si se han realizado cambios.

No Comercial — Usted no puede hacer uso del material con propósitos comerciales.

Compartir Igual — Si remezcla, transforma o crea a partir del material, debe distribuir su contribución bajo la la misma licencia.


 
ESTE CONTENIDO NO TIENE COMENTARIOS