cubriendo la segunda venida de Jesucristo, quien nos acaba de
dar una entrevista sobre el mundo del más allá, sobre el cielo.
Pero... ¿un cielo con ángeles o sin ángeles? Aclárenos ese punto.
JESÚS Raquel, cuando estuvimos en Belén ya te expliqué que los
ángeles no existen, que son poesía, distintos nombres de Dios.
RAQUEL Pero la gente insiste: que cómo no van a existir si la Biblia está
llena de ellos. Están en la primera página, con una espada de
fuego cerrando las puertas del paraíso. Y hasta en las últimas
páginas, tocando las trompetas del apocalipsis.
JESÚS Claro, porque la Biblia está llena de mensajes. Y mi pueblo
imaginó mensajeros para llevar esos mensajes, los ángeles. Mira,
mis paisanos tenían un gran respeto a Dios. Hasta exagerado. No
pronunciaban su nombre, se lavaban las manos antes de
escribirlo. Y para no nombrar a Dios, usaban nombres de ángeles.
RAQUEL Pero, ¿existen o no? De niña me dijeron que yo tenía un ángel de
la guarda siempre junto a mí...
JESÚS ¿Y de qué te guardaba ese ángel?
RAQUEL De los accidentes, de los peligros. Una vez me salvó de que me
aplastara un tranvía.
JESÚS Y entonces, ¿qué pasó con todos los niños que murieron en
accidentes? ¿Será que sus ángeles se quedaron dormidos y no
los cuidaron?
RAQUEL Tenemos una llamada... ¿Aló, sí?... Una oyente quiere participar.
Dice que es una angelóloga.
JESÚS ¿Una...?
RAQUEL Angelóloga. Experta en ángeles.
ANGELÓLOGA Quiero expresar mi más enérgica protesta en nombre de los
arcángeles Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel. Y en el de los nueve
coros de serafines y querubines que los acompañan. Ellos no
pueden hablar por radio. Y como son seres de luz, transparentes,
ese impostor que se las da de Jesucristo no puede verlos y niega
su existencia. ¡Vade retro!
JESÚS ¿Qué dijo al final, Raquel?
RAQUEL Creo que lo insultó a usted... Tenemos otra llamada. Como ve,
Jesucristo, los ángeles están de moda... ¿Aló?
SERAFÍN Aquí, desde Caracas, Serafín del Monte, y aunque me pusieron
nombre de ángel, no creo en ellos. Fíjese en los nombres que esa
señora dijo. Miguel significa “Quién como Dios”. Rafael, “Dios
sana”. Gabriel, “fuerza divina”... Ese “el” al final de cada nombre
de ángel no es más que una forma de nombrar a Dios. Lo que dijo
Jesucristo, los ángeles son apodos, sobrenombres del mismo
Dios... ¡Poesía!
RAQUEL Gracias, Serafín del Monte... Entonces, Jesucristo, ¿usted no vio
ningún ángel, ni en el desierto cuando ayunaba, ni en el huerto de
los olivos cuando rezaba?
JESÚS No, no vi a ninguno. En el desierto, los ángeles fueron unos
camelleros que me guiaron y me dieron agua. Pero en el huerto,
aquella noche, nadie vino a ayudarme.
RAQUEL Entonces... si de veras-de veras los ángeles no existen, ¿por qué
tanta gente cree en ellos?
JESÚS Porque pensamos que Dios está allá arriba. Y ponemos ángeles
en medio, entre nosotros y ese cielo donde vive un Dios lejano.
Cuando nos demos cuenta que Dios está con nosotros y que su
mensaje está cerca, ya no necesitaremos mensajeros.
RAQUEL ¿Aclarado el tema de los ángeles, radioescuchas de Emisoras
Latinas? ¿O todavía quedan algunas plumas, digo, algunas
dudas? Reportó desde Nazaret, Raquel Pérez. Encontrarán esta
entrevista y todas las anteriores en nuestra página web,
www.emisoraslatinas.net
CONTROL CARACTERÍSTICA MUSICAL
LOCUTOR Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su
segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José
Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.
MÁS DATOS SOBRE ESTE POLÉMICO TEMA...
Una creencia muy antigua
La palabra “ángel” viene del griego y significa “mensajero”. En muchas
religiones antiguas existen estos seres que conectan los mensajes de un Dios
lejano con los humanos. En los libros de la Biblia abundan los ángeles. El
mundo de la Biblia fue un mundo de reyes con sus cortes, en las que
cortesanos y servidores resultaban indispensables para que el gobierno del rey
funcionara.
En ese mundo, Dios fue concebido por los humanos como un Rey y los
ángeles como sus cortesanos. Los israelitas fueron un pueblo monoteísta, pero
vivieron siempre rodeados de pueblos de tradición religiosa politeísta, con
creencias que ejercieron un fuerte influjo sobre el judaísmo y que se
expresaron en la Biblia de muchas maneras. Los ángeles de la “corte celestial”
del Dios-Rey se convirtieron en una especie de seres semi-divinos a los que
recurrir permanentemente para “hacer presente” al Dios innombrable.
En las religiones con ángeles, éstos son siempre los intermediarios entre Dios y
los humanos. Entre los persas, un ángel le reveló “la verdad” a Zoroastro. Entre
los judíos, un ángel detuvo a Abraham para que entendiera que Dios no quería
que matara a su hijo Isaac. En el cristianismo, el ángel Gabriel anuncia a María
que tendrá un hijo maravilloso. En el Islam, ese mismo ángel Gabriel llama a
Mahoma para dictarle el Corán, revelación de Dios.
Ángeles: varones y con alas
Como los israelitas estuvieron cautivos en Babilonia seiscientos años antes de
Jesús, posiblemente por influencia mesopotámica empezaron a representar a
los ángeles con alas, tal como los babilonios representaban a los seres divinos.
Con alas, los ángeles podían moverse con facilidad entre el “cielo de arriba” en
donde reina Dios y la tierra habitada por los humanos. Al igual que Dios, los
ángeles siempre son varones: la corte de un Dios masculino se formó con
servidores masculinos.
Una creencia oficial
Esta antigua creencia mítica es hoy mantenida por la doctrina oficial de la
Iglesia católica. El Catecismo católico habla sobre los ángeles en los números
328 al 336 en estos términos: La existencia de seres espirituales, no
corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una
verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de
la Tradición... En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia
y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a
todas las criaturas visibles...Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda
misteriosa y poderosa de los ángeles...
Una creencia actual
En la actualidad, la “Angelología” ha ganado cada vez más terreno, como una
expresión más del “revival” religioso, en el que confluyen, se mezclan y se
potencian todo tipo de creencias, antiguas y nuevas. En Internet se pueden
encontrar miles de sitios que promueven la creencia en los ángeles dándole a
este mito fundamentos “científicos”. Explican, por ejemplo, cómo establecer
comunicación con estos seres, diciendo cosas como ésta: Su habla es
espiritual, pero el sonido espiritual no llega por los oídos. Cuando nos hablan,
se activa un centro energético que está en la coronilla de la cabeza, también
denominado “chacra de la corona”, que tiene su relación física con la glándula
pituitaria. Cuando los ángeles nos hablan es este centro el que se activa y el
sonido es espectacularmente claro. No existe en la tierra ningún aparato
reproductor de sonido que logre semejante nitidez e impresión en la memoria.
Una creencia basada en jerarquías
Resulta muy significativo que, tanto la creencia tradicional en los ángeles como
la angelología postmoderna, mantienen una clara jerarquía entre los ángeles, al
igual que el mundo antiguo y el actual basan el poder en jerarquías de género,
políticas, sociales, culturales y religiosas.
La clasificación jerárquica de los ángeles que más ha influido en el imaginario y
la fantasía de generaciones hasta el día de hoy fue la elaborada por un autor
desconocido que vivió entre los siglos IV y V y que expuso su doctrina
angelológica en el libro “La Jerarquía Celeste”. Este teólogo dividió a los
ángeles en nueve coros y tres grupos: el superior compuesto de serafines,
querubines y tronos; el intermedio compuesto por dominaciones, virtudes y
potestades; y el más cercano a los seres humanos compuesto por principados,
arcángeles y ángeles. El autor dio nombres a los siete arcángeles: Miguel,
Gabriel, Rafael, Uriel, Chamuel, Jofiel y Zadkiel, nombres todos masculinos y
todos terminados en “el”, una forma de nombrar a Dios... sin pronunciar su
nombre. La teología católica acepta la jerarquía angélica en nueve coros, pero
no ha llegado a hacer también de este particular una doctrina de fe. Sobre los
siete nombres tradicionales sólo acepta los de Miguel, Gabriel y Rafael, por ser
los únicos que aparecen citados en los libros de la Biblia.
En su entrevista con Raquel, Jesús resume toda la doctrina oficial y toda la
angelología de ayer y de hoy en una frase de sentido común: Los ángeles son
poesía.