paramos, Raquel... De aquí para allá...
RAQUEL ¿Se cansa mucho?
JESÚS No, todo lo contrario... A mí me gusta conocer...
RAQUEL Pues prepárese para lo que vamos a conocer ahora.. Discúlpeme,
que me piden señal desde cabina... Ejem... Amigas, amigos de
Emisoras Latinas, aquí estamos de regreso en Jerusalén... Las
calles del barrio cristiano repletas de gente y las iglesias también
repletas de...
JESÚS ¿De qué, Raquel?
RAQUEL Acompáñeme, Jesucristo, entremos en esta iglesia... Quiero que
vea algo y me dé su opinión...
JESÚS Sí... ya me picaste la curiosidad...
RAQUEL ¿Entramos?
GUÍA Bienvenidos. ¿You speak english, french or deutsch?
JESÚS ¿Cómo dice?
RAQUEL En español, por favor.
GUÍA No problem. ¿Son turistas?
RAQUEL
Estamos haciendo un reportaje para Emisoras Latinas...
“Imágenes de santos en Tierra Santa”
GUÍA ¡Magnífico!... Aquí tenemos muchas y muy hermosas. Vengan,
comencemos por los altares menores...
JESÚS
¿Quién es éste?
GUÍA San Gregorio Nacianceno, un santo muy milagroso.
RAQUEL
¿Y qué clase de milagros hace?
GUÍA Especialmente eficaz para mordeduras de perros y serpientes o de
cualquier animal dañino.
JESÚS
¿Y... esa muñeca?
GUÍA ¡Muñeca!... Es Santa Apolonia, patrona de los dentistas. Alivia los
dolores de muelas.
JESÚS
¿Ella cura dientes?
GUÍA Hay que prenderle una velita de aquellas, ¿ve?... Una limosna, una
oración, y listo.
Vengan... Este altar está dedicado a Santa
Águeda...
RAQUEL
¿Y qué cura esta santa?
GUÍA Las mujeres le rezan cuando los partos vienen difíciles.
JESÚS
Por lo que voy viendo, cada santo tiene una tarea.
GUÍA Así es, señor. En la sacristía tenemos otros que ya no caben aquí. San
Blas, abogado de la garganta. Santa Lucía, para los ojos. Santa
Bárbara, contra las tempestades. San Pascual Bailón, patrón de
las cocineras. San José, patrón de la buena muerte...
JESÚS
¿Mi padre José?
GUÍA San Judas Tadeo, recomendado para casos imposibles... Este es San
Antonio, uno de los más poderosos, encuentra cualquier objeto
perdido.
RAQUEL
También sirve para encontrar novio, ¿no?
GUÍA Sí, pero en ese caso las solteras lo ponen cabeza abajo para que el
santo resuelva pronto.
RAQUEL
Cierto, eso es lo que hizo mi abuelita...
GUÍA Ahora estamos buscando una imagen de San Isidoro de Sevilla, que
será el patrono de Internet.
RAQUEL
¿Internet ya tiene su santo?
GUÍA Sí. Es que San Isidoro fue un gran sabio. Sabía de todo, una
enciclopedia viviente, una wikipedia. Como el mismísimo Internet.
RAQUEL
¿Y sus milagros podrían servir de antivirus celestial?
GUÍA No lo dude, señorita.
JESÚS
Disculpe mi ignorancia, amigo... Ella no, pero yo vengo de lejos...
GUÍA Sí, dígame...
JESÚS
¿Me pudiera explicar cómo funcionan las peticiones a estos
santos?
GUÍA Es sencillo. Usted, señor, por ejemplo, tiene un problema. Entonces,
pide el milagro al santo de su devoción. El santo pasa la solicitud
a la virgen María, medianera de todas las gracias. María se la
pasa a su hijo Jesucristo, igual que hizo en las bodas de Caná...
JESÚS
Las bodas de Caná, me acuerdo...
GUÍA ¿Cómo dice?
JESÚS
No, nada...
GUÍA Como le explico, usted le pide al santo, el santo le pide a la virgen, la
virgen le pide a Jesús y Jesús ya lo resuelve con Dios Padre.
JESÚS
¿Y por qué todos esos escalones para llegar hasta Dios?
GUÍA Dios tiene demasiado trabajo, forastero. Muchas cosas que atender. Los
santos y santas son sus secretarios, le ayudan. ¿Satisfecha su
inquietud?
JESÚS
Bueno, no... pero...
GUÍA ¿No quieren visitar la sacristía?
RAQUEL
No, ya es suficiente para nuestro reportaje...Aquí tiene su
propina.
GUÍA ¡Que San Cristóbal los acompañe!
RAQUEL Lo veo molesto, Jesucristo.
JESÚS ¿No ves cómo se burlan de la gente necesitada, de las mujeres
en apuros, de los enfermos? Dicen que esta es la casa de Dios y
la han llenado de ídolos y la han convertido en una cueva de
impostores... Salgamos a la calle, vamos...
RAQUEL Entonces, ¡un corte y regresamos! Desde Jerusalén y para
Emisoras Latinas, reportó Raquel Pérez.
Sin imágenes
Los primeros cristianos, surgidos del judaísmo y criados en él, no tenían
imágenes ni les rendían culto, siguiendo el mandamiento de Moisés. Dios
recibía culto, como había enseñado Jesús, “en espíritu y en verdad”. Y Jesús
no recibía “culto”, sino que se hacía memoria de él compartiendo su mensaje y
compartiendo solidariamente los bienes. Sin embargo, la presencia de
cristianos a lo largo y ancho del imperio romano, en donde la tradición era el
politeísmo y había hermosas imágenes e imponentes esculturas de los dioses
fue modificando esta tradición. El culto a las imágenes en la iglesia cristiana
tiene una clara raíz pagana.
Con iconos e imágenes
En los primeros siglos cristianos se hizo un esfuerzo por distinguir entre el ídolo
(representación de ideas paganas) y el icono (representación de realidades
divinas). En el siglo III ya aparecen cementerios, iglesias y capillas decoradas
con imágenes de personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Desde
entonces, las imágenes ganan cada vez mayor espacio en la tradición cristiana.
En la iglesia bizantina es donde el arte de iconos comienza a desarrollarse con
mayor esplendor.
Contra las imágenes
En rechazo a la proliferación de imágenes e iconos, surgen en la iglesia oriental
en el siglo VIII grupos iconoclastas, enemigos de la devoción a las imágenes
que iba en ascenso imparable. Los iconoclastas buscaban restaurar la idea de
un Dios intangible, irrepresentable, al que sólo se le puede buscar y encontrar
por la fe. Esto provocó tensas controversias y hasta guerras. En la actualidad,
seguimos llamando a una persona “iconoclasta” cuando intenta romper “ídolos”:
esquemas establecidos, prejuicios, conceptos naturalizados en la sociedad.
Las guerras iconoclastas las ganaron los defensores de las imágenes. Los
bizantinos ―herederos de la cultura helenística, que había creado tan bellas
esculturas de sus dioses― siguieron fieles a su rica tradición. El arte cristiano
bizantino, los iconos rusos, los iconos de las iglesias ortodoxas, son
particularmente expresivos y hermosos. Las guerras iconoclastas no afectaron
el arte cristiano etíope, único en el mundo por sus reminiscencias bizantinas,
influidas por una mezcla de hieratismo egipcio y estética africana.
¿Cuántos mandamientos quedan?
La doctrina oficial de la iglesia trató de poner fin a la disputa iconoclasta y el
segundo Concilio de Nicea (año 787) justificó el culto a las imágenes de Cristo,
de María, de ángeles y de santos en la “encarnación” del Hijo de Dios y
estableció que ese culto no es contrario a la fe ni puede considerarse idolatría.
Como el segundo mandamiento del Decálogo de Moisés (Éxodo 20,4-5)
prohíbe explícitamente hacer cualquier clase de imágenes de lo que hay arriba
en el cielo, o abajo en la tierra, o debajo de la tierra en las aguas y postrarse
ante ellas, la iglesia católica optó por la solución más sencilla: borró de su
catecismo este mandamiento, por cierto el más largo de todos. Como ahora
sólo le quedaban nueve mandamientos, dividió el último, el de no desear los
bienes ajenos, en dos. Noveno mandamiento: “No desearás la mujer de tu
prójimo”. Y décimo mandamiento: “No codiciarás los bienes ajenos”. Problema
resuelto, podía seguir hablando de “diez mandamientos” y podía rendir culto
idolátrico a las imágenes.
La posición católica significó una ruptura total con el judaísmo en el que se
educó Jesús, que rechaza absolutamente los ídolos, y que encuentra a Dios en
la palabra, en el texto de las Escrituras.
El Islam prohíbe toda representación divina y la tradición protestante rechaza
con firmeza el culto católico a las imágenes.
El valor de las imágenes
Hasta hoy, las imágenes de Jesús, de María y de los santos y santas llenan
siglos gloriosos en la Historia del Arte. Identificarlas simplificadamente con
ídolos no es exacto ni adecuado. En el extenso muestrario de imágenes
esculpidas, talladas, pintadas, grabadas, podemos encontrarnos de todo,
desde las más auténticas maravillas hasta las expresiones del peor gusto
estético; desde la belleza inefable que esas obras de arte aportan a la
Humanidad, dándole un sentido a las emociones religiosas, hasta el más
grosero de los negocios, manipulando la credulidad de la gente al proponer que
determinadas imágenes tienen poder curativo o milagroso.
Durante siglos, la catequesis católica hizo poco o nada para reorientar este
culto, que tiene expresiones prácticamente idolátricas. En la actualidad, la
jerarquía católica continúa promoviendo procesiones, desfiles y exhibición de
“santos milagrosos” y llena sus templos de imágenes. Los fines son
económicos ―limosnas, promesas, ex-votos, donaciones― e ideológicos:
control de las conciencias, sometidas a ese culto que administran los
sacerdotes y que ha adquirido rasgos claramente supersticiosos.