A las mujeres del mundo que luchan 5 enero 2020 Desde las montañas del sureste mexicano, en el caracol de Morelia, territorio autónomo Zapatista. Nosotras las mujeres colombianas-Latinoamericanas que luchamos y hacemos parte de este encuentro, alzamos nuestra voz, para contarles la causa de nuestra digna rabia- Vivimos tiempos de levantamientos populares, debido a las devastadoras políticas capitalistas y patriarcales de los malos gobiernos que han asumido la dirección de nuestros territorios. Estamos aquí el vil asesinato de la compañera CRISTINA BAUTISTA TAQUINAS, la Neehwe'sx (Autoridad tradicional) del pueblo Nasa, lideresa del movimiento de mujeres y defensora del territorio quien con su espíritu nos convoca a las mujeres a alzar la vos sin miedo a luchar, a resistir y organizarnos como lo hicieron nuestras abuelas. Denunciamos también el incumplimiento de los acuerdos de paz por parte del estado Narco-paramilitar, quien desestima el enfoque de género como uno de los ejes fundamentales para el proceso de transformación social, profundizando el terrorismo de estado por medio de las masacres, desapariciones, genocidios y ejecuciones extrajudiciales. La estela de la muerte que ha dejado son aproximadamente 720 líderes y lideresas sociales y 168 ex combatientes de las FARC. Denunciamos la expansión megaminera y otros proyectos extractivistas que en asocio con las corporaciones atentan contra la vida, dignidad y la existencia de comunidades indígenas, afros, campesinas, disidencias sexuales y de genero empobrecidos/as, indignados/as y rebeldes, quienes construimos territorios desde las siembras, las cosechas y el cuidado. Desde el 21 de noviembre el pueblo colombiano empezó un paro nacional para manifestar su indignación frente a la violencia, la injusticia y la desigualdad. Nos unimos a este, como mujeres, exigiendo el desmonte inmediato del ESMAD. En Colombia seguimos organizándonos, movilizándonos resistiendo sumando las voces de quienes creemos que otros mundos son posibles y que podemos construirlos ahora. Por lo tanto hacemos un llamado a las mujeres del mundo a que no nos dejen solas, a que sus voces sean el eco para denunciar y articular procesos que nos permitan construir territorios en donde podamos vivir felices y seguras como lo hemos hecho en este encuentro.