El Rey
Acalorado
Devorador
Roncador
Primer Narrador
Segundo Narrador
Primer Narrador:Había una vez un rey al que le gustaba poner reglas.
Segundo Narrador: Había reglas con respecto a las cayenas.
Primer Narrador: Había reglas con respecto a las rosas.
Segundo Narrador: Había reglas con respecto a las cejas.
Primer Narrador: Y reglas con respecto a las narices.
Segundo Narrador: Todas las personas tenían reglas.
Rey: Menos yo
Primer Narrador: En ese país había también tres amigos quienes no les gustaban las reglas.
Segundo Narrador: Uno era Acalorado, quien andaba siempre con algo para echarse fresco.
Rey: No se permite echarse fresco durante Julio, y Septiembre.
Primer Narrador: El rey tenía tantas reglas respecto de dónde y cuándo se podí echar fresco, que acalorado nunca se podía refrescar.
Segundo Narrador: Acalorado tenía un amigo, Devorador. Este siempre ten1a hambre, pero el rey tenía reglas referidas al comer.
Rey: Los guineos sólo se pueden comer en el desayuno y está totalmente prohibido comer dulce de coco.
Segundo Narrador: El tercer amigo se llamaba Roncador. A éste le gustaba dormir. Está prohibido roncar.
Rey: Sólo al rey se le permite roncar.
Primer Narrador: Un día los tres amigos decidieron irse del lugar.
Segundo Narrador: Encontraron un país lejano donde no había reglas.
Primer Narrador: Allí se quedaron.
Segundo Narrador: Cada uno construyó su casa como quiso.
Primer Narrador: Cada uno sembró en su patio las matas que quiso.
Segundo Narrador: Un día Devorador tenía hambre. Fue a la mata de mangos que había sembrado Roncador y llenó una funda de mangos.
Roncador: Espérate ahí, esos mangos son míos.
Devorador: Puedo comerme todos los mangos que me da la gana, porque no hay ninguna ley que hable de si se permite o no se perite coger las frutas de las matas de otros patios.
Roncador: Si te acercas a mi mata de mangos otra vez, te voy a golpear.
Primer Narrador: Un día Acalorado prendió un abanico cerca de la casa de Devorador.
Devorador: No se permite prender abanico cerca de mi casa. Se me está enfriando mi comida.
Acalorado: Puedo encender el abanico cada vez que me dé la gana. No hay ninguna ley que lo prohíba.
Segundo Narrador: Por un tiempo Roncador estuvo feliz en el país sin reglas, pero sus vecinos no estaban felices.
Acalorado: No puedo aguantar más esos ronquidos. No puedo dormir en toda la noche. ¡Ya basta! Deja de roncar o tápate la cabeza con un almohada.
Roncador: Puedo roncar lo que me dé la gana. No hay ninguna regla que lo prohíba.
Primer Narrador: El asunto fue de mal en peor.
Devorador: Tenemos que pensar. Vinimos para este país porque no nos gustaban las reglas del rey. Pero ahora yo tengo más hambre que nunca.
Acalorado: Y yo más calor.
Roncador: Y yo tengo más sueño.
Devorador: ¿Qué les parece si ponemos unas reglas que nos ayuden a entendernos mejor y sin pleitos?
Acalorado: Está bien, pero todos tenemos que cumplirlas. No como el rey, que no tenía que cumplir sus propias reglas.
Segundo Narrador: Los tres amigos estuvieron de acuerdo en que debían hacer las reglas.
¿Qué piensan ustedes?
1.¿Cuáles reglas necesitan en el país de Devorador, Acalorado y Roncador?
2.¿Para qué se necesitan esas reglas?
3.¿Cómo deberían decidir las reglas que van a poner?
4.¿Qué le pasará a quien no cumpla las reglas?
Fuente: Aprendo a Convivir. Compilación de lecciones: Kennet Rodríguez y Norma Wrigth
Colaboración:
Juandy Gómez de República Dominicana.
Radio mundial
Producción:
Fundación Cultural el Laberinto