Atraviesa el lago Titicaca en la barca de totora. Ella viaja a su lado. Esta Vestida de fiesta. En la ciudad de La Paz le han dorado la túnica.
Al desembarcar, la cubre con la manta, para defenderla de la lluvia; y con ella en brazos, tapadita, entra en el pueblo de Copacabana. La lluvia acribilla al gentío que se reúne para recibirlos.
Francisco Tito Yupanqui entra con ella al santuario y la descubre. La suben al altar. Desde lo alto, la Virgen de Copacabana abraza a todos. Ella evitará las pestes y las penas y el mal tiempo de febrero.
El escultor indio la ha tallado en Potosí y desde allá la trajo. Casi dos años estuvo trabajando para que ella naciera con la debida hermosura.
Los indios sólo pueden pintar o tallar imágenes que imiten los modelos europeos y Francisco Tito Yupanqui no quiso violar la prohibición. El se propuso hacer una virgen idéntica a Nuestra Señora de la Candelaria, pero sus manos han moldeado este cuerpo del altiplano, amplios pulmones ansiosos de aire. Torso grande y piernas cortas, y esta ancha cara de india, de labios carnosos y ojos almendrados que miran tristes, la tierra lastimada.
Texto: Eduardo Galeano del libro Memoria del Fuego I
Voz: Tati Echagüe
Música: Gustavo Santaolalla
Gracias por compartir este audio...jamas me enseñaron que estas Tierras tenian mujeres diosas...pero tuvieron que ponerle manto de Virgen para neutralizarlas en la memoria de las comunidades,