Era el tiempo en el que los antiguos, nada sabÃan de los españoles.
Y, los españoles, nada sabÃan de América pero mucho menos, sobre la leyenda de El Dorado.
El Dorado era la ciudad perdida de Paititi, que aun hoy permanece escondida
en la AmazonÃa peruana o en las tierras altas de Colombia.
Es el lugar donde, se supone, se refugiaron los incas con los tesoros de su imperio, huyendo de los conquistadores españoles en 1532.
Sin embargo, la verdadera leyenda poco tiene que ver con una huida.
"El Dorado", es el personaje de un viejo ritual, un cacique cubierto "con oro en polvo", que se zambullÃa en las aguas de una laguna después de arrojar objetos de oro y esmeraldas, como ofrenda a sus dioses.
Este cacique, junto a los más destacados miembros de su pueblo, iniciaban obligado ayuno y abstinencia. Porque asÃ, purificados el cuerpo y el alma,
estaban preparados para invocar a la diosa de las aguas.
En este perÃodo de sacrificios, penitencias, y ofrendas, quienes invocasen a los dioses, recibirÃan perdón por sus faltas, consuelo en el dolor, y promesas de felicidad.
Era un tiempo en el que, el oro de El Dorado, brillaba sin despertar codicia.
Y quizás, sólo quizás, servÃa para reverenciar una condición humana, del tamaño del universo.
Texto: Ricardo Veiga
Voz: Alicia Carlucci