Ahora que ya miras con tus ojos, date cuenta.
Aquí, es así:
no hay alegría,
no hay felicidad.
Aquí en la tierra es el lugar del mucho llanto,
el lugar donde se rinde el aliento
y donde bien se conoce
el abatimiento y la amargura.
Un viento de obsidiana sopla y se abate
sobre nosotros.
La tierra es lugar de alegría penosa,
de alegría que punza.
Pero aunque así fuera,
aunque fuera verdad que sólo se sufre,
aunque así fueran las cosas en la tierra,
¿habrá que estar siempre con miedo?
¿habrá que estar siempre temblando?
¿habrá que vivir siempre llorando?
Para que no andemos siempre gimiendo,
para que nunca nos sature la tristeza,
el Señor Nuestro nos ha dado
la risa, el sueño, los alimentos,
nuestra fuerza,
y finalmente
el acto de amor
que siembra gentes.
Ficha técnica
Texto: extraído del libro La filosofía Náhuatl, de Miguel León Portilla, México 1956.
Voz: Juan Pablo Berch
Música: Tribu