FECHA: 24-01-2019
REDACTOR: Aída Quintero Dip
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Ante indisciplinas sociales, la estocada a fondo.
Juicio, sensatez, orden, reflexión está exigiendo la proliferación de expresiones de indisciplina social, que en ocasiones se tornan agresivas en hogares, calles, ómnibus, unidades de servicios, y otros sitios públicos, en los cuales cada vez hay un mayor reclamo por cultivar la ternura y el respeto a nosotros mismos y a nuestros
semejantes.
Una estocada a fondo necesita ese fenómeno que no es nuevo, pues por su incidencia en la vida de las personas y de la sociedad en razón del perjuicio que provoca, el combate abierto y sistemático parece ser el único antídoto ante el mal.
La carencia de medios de transporte, por ejemplo, no justifica que se resquebraje la disciplina a tal punto de formar desorden en las paradas, donde a la hora de subir a dichos vehículos entra en juego la ley del más fuerte, sin considerar la presencia de niños, mujeres, embarazadas y ancianos.
Inverosímil resulta el comportamiento de quienes se muestran irrespetuosos y hasta agresivos, desde llegar a un lugar donde nadie quiere orientar, decir que es el último en la cola, o simplemente contestar el saludo, hacer un gesto de aprobación, o compartir una sonrisa.
Inexplicable es esa evidente paradoja entre el alto nivel de instrucción que distingue a nuestro pueblo, con el poco nivel de educación formal manifestado por algunas personas y reflejado en un mal comportamiento social.
Y lo más preocupante de esas conductas resulta el patrón negativo que se crea para los niños y las niñas que van creciendo bajo tales influjos, cuando constituye una obligación de todos encaminarlos hacia una educación cívica que les será útil para toda la vida.
La responsabilidad no es solo de la escuela como algunos piensan, sino fundamentalmente de la familia que tiene la obligación de enseñar desde la cuna y fomentar después hábitos y valores que deciden en la formación de la personalidad.
La doctora en Ciencias Pedagógicas Aleyda Márquez Rodríguez, puntualiza que cuando se respetan las normas y los valores propiciamos una convivencia aceptable, que fluye, pero si algo se transgrede entonces se pierde ese equilibrio, imprescindible para ofrecer felicidad a la existencia de cada cual.
La Revolución enarbola siempre como un patrimonio valiosísimo esa reserva moral que hay en el pueblo, como una de sus más preciadas riquezas, para atemperarse a los tiempos y continuar adelante, y se empeña por mantenerla a pesar de escaseces y carencias.
Nuestra grandeza como pueblo también está en la capacidad de crecernos y probarnos ante situaciones difíciles que son igualmente definitorias, ya que convocan a la proeza y al heroísmo a los cuales muchos cubanos han hecho culto.
Fue un comentario de Aída Quintero Dip … en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO
Audio disponible en esta dirección: https://radioteca.net/userprofile/ain_cuba/