FECHA: 20 noviembre 2018
TEMA: Armaduras para bacterias espaciales
REDACTOR: Alain Amador
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN.
LOC: Llevamos milenios cultivando y usando diversas bacterias para que produzcan compuestos que nos ayudan a vivir.
Pensemos en los microbios que hacen posibles las leches fermentadas, los yogures o la cerveza; o en los que generan sustancias químicas importantes como el alcohol etílico, ácido acético y la acetona.
Además, las bacterias son esenciales para varias industrias y actividades, entre las que se cuentan la minería, limpieza de residuos y la agricultura.
Nuestra fructífera relación con los microorganismos continuará cuando establezcamos colonias en el espacio, y en las naves que nos llevarán a otros mundos en viajes de meses o años.
De la misma forma que los astronautas necesitan trajes que los protejan en el espacio, las bacterias requerirán algún tipo de protección que les permita sobrevivir en entornos letales.
Eso es lo que hizo un equipo de químicos de la Universidad de California en Berkeley: crear una capa protectora para bacterias anaeróbicas, o sea, que no requieren oxígeno para vivir.
Por si fuera poco, la “vestimenta” las convierte en captadoras de dióxido de carbono, usable después para generar sustancias útiles para la industria y, algún día, para las colonias espaciales.
Según PEIDONG YANG, uno de los autores del experimento, están usando el híbrido para fijar el CO2 y producir combustibles, fármacos y compuestos químicos, y también para fijar el nitrógeno que permite crear fertilizante.
VOZ HOMBRE: Desarrollamos marcos que cubren los microorganismos como si fueran un parche. Es impermeable al oxígeno y a moléculas como el peróxido, que acortan la existencia de las bacterias anaeróbicas.
Es decir, sobreviven mucho más tiempo en entornos con oxígeno. Y, como dijimos, las ayuda a retener el CO2 que sirve para producir compuestos basados en el carbono, con múltiples utilidades.
La capa metálica protectora funciona como un semiconductor que captura la luz y con ella electrones que usa la bacteria para alimentarse.
Este exceso de electrones provoca que el microorganismo produzca más compuestos de los que generaría normalmente.
Yang y sus colegas trabajan ahora para aumentar la eficiencia con la que su microorganismo híbrido captura la luz en el espacio, transfiere electrones y produce compuestos específicos.
Novedades de la ciencia y la tecnología por medio de Alain Amador, Yosdani Muñoz y Yasney Crespo.
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