Hemos venido hablando sobre un artículo que muestra lo que será nuestro mundo en el año 2050 y más allá. La verdad es que no será tan benévolo y ya comenzamos a sentir que se nos estrecha el sendero. Dicen ellos que en el 2050 las llamadas Súper bacterias llegarían a matar a millones de personas cada año. Se sabe que actualmente, las infecciones que ya no responden a los medicamentos que utilizamos están matando a 700.000 personas al año. Para 2050, ese número podría alcanzar exactamente 10 millones de muertes cada año, advierte esta publicación. Amigo, amiga, Jesús el hijo de Dios dijo que vendrían pestes en diferentes lugares del mundo y seguramente esto se está convirtiendo ya, en un problema global. Es tenebroso pensar como sobrevivirá la humanidad en el 2050, en un mundo donde las infecciones no responden a medicamentos. Este panorama sombrío me hizo reflexionar en la peor infección de todas, en la infección llamada pecado, igual que las futuras infecciones que no responderán a ninguna medicina, esta tampoco responde para su curación a nada, solo, escuche esto: a la sangre preciosa de Cristo. Estas son unas palabras para ti, dice San Juan: y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Dice más la Biblia de este importante asunto: que la Sangre de Cristo, ofrecida por el Espíritu eterno, limpia nuestras conciencias. Señor, señora, joven y señorita, Permítame reiterarle esta gran verdad, el pecado no se curá ni con religión, ni buenas obras ni buenas intenciones, el pecado con sus devastadoras consecuencias solo es posible limpiarlo, con la sangre de Cristo.