LOCUTOR —¡Ultima hora! ¡Para ustedes, una noticia de última hora! Bautizos masivos entre los indígenas de Centroamérica. Poblaciones enteras se convierten con el nuevo plan misionero. Solamente en Nicaragua se habla ya de 400 mil indígenas que aceptaron la nueva fe llevada por los predicadores.
LOCUTORA —Seguramente nuestros oyentes se estarán preguntando cómo se ha producido un fenómeno religioso tan masivo y en tan breve tiempo. Por eso, en este igualmente breve espacio informativo traemos para ustedes, ¡la clave de la noticia!
LOCUTOR —Y la clave de la noticia podríamos encontrarla en la grabación que hemos obtenido en exclusiva del documento que leen los misioneros venidos de España antes de entrar a una comunidad indígena proponiendo a sus habitantes el sacramento del bautismo... ¿Lista la grabación? ¡Adelante!
SACERDOTE —¡Pobladores de este lugar! Hemos venido hasta aquí a traeros la verdadera fe, ¡la única fe que os puede salvar! ¿No queréis recibir el bautismo en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo?
LOCUTORA —Parece que en estos momentos los indígenas están deliberando...
SACERDOTE —Si no aceptáis el bautismo... os haremos la guerra por todas partes, haremos esclavos a vuestras mujeres y a vuestros hijos, os quitaremos vuestras tierras y os haremos todos los daños que podamos. Y que conste, que de todo esto no seremos nosotros los culpables, sino vosotros. Entonces... ¿aceptáis o no el bautismo?
LOCUTORA —Los indígenas se disponen ahora a recibir el agua del sacramento...
MILITAR —Buen trabajo, padre. Y como ya sois cristianos bautizados, habéis de saber que su Santidad el Papa ha entregado a los católicos Reyes de España estas tierras y todo lo que hay en ellas. Y que por tanto, todos vosotros sois siervos de los Reyes de España. Y por ello, debéis pagarles tributo, desde ahora y para siempre.
SACERDOTE —Amén.
INTERLOCUTOR —Durante los 30, los 50 primeros años de la conquista española, esta fue la forma de «cristianizar» a América. Se llamaba Requerimiento. Y a veces, estas palabras las leían en latín, de noche, y a media legua de los poblados... pero siempre ante notario, para que todo fuera «legal».
Hace 500 años la cruz y la espada vinieron juntas. Tal vez la historia esté al revés.