LOCUTOR —¡Ultima hora! ¡Suceso de última hora! ¡Casi le clavan la cabeza en un palo! ¡Ultima hora! Sobreviviente escapado de Colombia narra su terrible aventura entre los indios del valle del Sinú.
LOCUTORA —Como les hemos venido informando, los indios de América están siendo bautizados en masa con el método del Requerimiento. Pero no todo ha sido fácil para los españoles que andan por nuestras tierras llamando a la fe cristiana. Es el caso del bachiller Alvarez Enciso, que andaba recorriendo la región del Sinú, en Colombia, una zona muy rica en oro y esmeraldas.
LOCUTOR —Fue allí donde el mencionado bachiller se escapó por un pelo de morir a manos de los indígenas de la zona que, según parece, no tenían ningún interés en ser bautizados. Pero mejor que nos lo cuente él mismo por la vía telefónica... Bachiller Enciso, ¿me escucha bien?
ENCISO —Perfectamente.
LOCUTORA —Bachiller, ¿qué pasó? Háblenos de su aventura en la selva colombiana...
ENCISO —Pues mire usted, yo llegué a donde esos indios salvajes y les requerí que se bautizaran y que se fueran de esa tierra porque el Papa de Roma se la había regalado al Rey de España. Entonces, ellos me dijeron que no se irían y que ese tal Papa estaría borracho cuando regaló lo ajeno. Yo volví a requerirles que esa tierra era del Rey de España. Pero ellos dijeron que bien, que si era del Rey., que el Rey viniera a buscarla, que ellos le pondrían la cabeza en un palo, como ya tenían otras. Yo por tercera vez les requerí a que se fueran, pero ellos dijeron que si no me iba yo antes, era a mí a quien le pondrían la cabeza en un palo.
LOCUTORA —¿Y qué hizo usted, entonces, bachiller Enciso?
ENCISO —¿Qué voy a hacer, señorita? ¡Salir corriendo! ¡Con esos salvajes no se puede ni dialogar!
INTERLOCUTOR —Esto del bachiller Enciso no es un cuento. Está escrito en los libros. Ocurrió en 1514 y en Colombia, a orillas del río Sinú. Tampoco es un chiste. Detrás del bachiller Enciso llegó la tropa española a masacrar a aquella comunidad y a quedarse con el oro y las esmeraldas que allí había. Tampoco fue un caso aislado. Cosas así pasaban por toda América.
Hace 500 años llegaron diciendo que nuestra tierra... era de ellos. Tal vez la historia esté al revés.