LOCUTOR —¡Ultima hora! ¡Obispo asesinado por defender a los pobres! Esta madrugada fue hallado muerto en su casa monseñor Antonio Valdivieso con varias heridas de puñal en su cuerpo. En las paredes exteriores del inmueble se encontraron huellas de la mano ensangrentada del obispo, lo que indicaría que, después de ser agredido, quedó aún con vida y trató de pedir auxilio. Conociendo la trayectoria del prelado, no puede descartarse la directa responsabilidad del gobierno en el crimen. Y hacemos ya conexión inmediata con la ciudad de León, donde ocurrió el sacrílego atentado.
REPORTERA —Durante los seis años que monseñor Antonio Valdivieso fue obispo aquí, en León, repitió siempre: «El poder que tiene la Iglesia es para los pobres». Y durante esos seis años, trató de usar ese poder para frenar los crímenes de los grandes terratenientes de esta zona. Ayer, esa lucha le costó la vida.
Desde que llegó a estas tierras, Valdivieso se dedicó a recorrer todas las comarcas para conocer de cerca cómo es la vida de los trabajadores indígenas en las grandes plantaciones. Así fue descubriendo incontables abusos y atropellos. Le tocó, entonces, enfrentarse a los capataces y a los señores latifundistas. Los denunció con todos los medios a su alcance: desde el púlpito, con escritos que buscaban llamar la atención de la conciencia internacional sobre lo que aquí está ocurriendo. «Más le valdría a estos indios ser animales, porque los patronos dan mejor trato a los animales que a ellos, que son hijos de Dios». Con afirmaciones como estas, monseñor Valdivieso se ganó pronto el odio de la máxima autoridad del país, el gobernador Rodrigo Contreras, de sus hijos y de las poderosas familias de terratenientes que, de hecho, son las que controlan todo aquí. Los Contreras lo amenazaron muchas veces con la muerte. Es lógico, pues, que hoy todas las sospechas recaigan sobre las bandas de matones a sueldo que sirven a este gobierno de latifundistas. Aún no hay reacciones del clero de la región ni de las autoridades vaticanas que ya habían acusado al obispo Valdivieso de meterse en política. Hemos hablado con algunos pobladores en esta mañana de luto. Usted. ¿Por qué cree que mataron a monseñor?
MUJER —¿Por qué va a ser? Por la verdad. Porque estaba con nosotros, los pobres.
REPORTERA —Señor, ¿qué piensa de este crimen?
HOMBRE —Delante de nosotros, los Contreras gritaron muchas veces que iban a echar preso a monseñor, que lo ahorcarían. Ahora nos toca gritar a nosotros que ellos son los asesinos.
REPORTERA —¿Qué va a pasar ahora? Todo el mundo señala a los asesinos. Y todo el mundo espera que sean castigados. Pero, a la vez, todos aquí temen que el gobierno militar español eche tierra sobre este asunto y sobre el cadáver del obispo para que se olvide cuanto antes tan horrendo crimen.
INTERLOCUTOR —El crimen no se olvidó, pero los criminales quedaron sin castigo. El 26 de febrero de 1550, hace mucho tiempo, fue asesinado en la ciudad de León, en Nicaragua, el obispo Antonio Valdivieso a manos de los militares y terratenientes que se habían adueñado de Nicaragua después de la conquista española. Monseñor Valdivieso fue el primer obispo mártir que tuvo la iglesia de los pobres en América Latina.
Desde hace 500 años quieren acallar la voz de los profetas... Tal vez la historia está al revés.