FECHA: 7 de marzo de 2018
REDACTOR: Eyleen Ríos López
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Capablanca, el destino de los grandes.
No siempre se necesita una larga vida para dejar una impronta. Algunos seres vienen marcados para convertirse en inspiradores y trascender más allá de su tiempo, incluso aunque se despidan antes de cumplir los 54 años de edad.
Uno de los más vivos ejemplos es el cubano José Raúl Capablanca, único campeón mundial de ajedrez de Latinoamérica y por sobre todo uno de los más geniales jugadores de la historia.
Cuando este 8 de marzo recordemos el aniversario 76 de su muerte, volveremos a hacerlo desde el respeto y el legado que siempre genera su figura.
En Cuba nada de lo hoy conseguido en el ajedrez se imagina sin su guía. Ha sido inspiración para todos los Grandes Maestros que vinieron después, una lista iniciada por Silvino García y con punto culminante en figuras como Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón.
Actualmente suman más de 20 los que ostentan esa graduación entre hombres y mujeres, todos seguidores del ejemplo del tercer campeón mundial de la historia, imprescindible en la formación de cada uno de ellos y de los muchos niños que cada día se inspiran y sueñan con llegar allí algún día.
El legado es palpable en un movimiento que ha llegado a todas las escuelas y tiene en el alto rendimiento medallistas olímpicos, campeones del mundo entre juveniles y de partidas rápidas, algo quizás impensado antes para una Isla tan pequeña.
Es imposible hablar del ajedrez mundial sin pasar por Capablanca. Sus contemporáneos le admiraron y le “temieron” en cada encuentro, sus seguidores estudiaron cada una de sus partidas y aprendieron de su estilo.
La muerte, traicionera como suele ser, le sorprendió en medio de lo que más amaba: jugando ajedrez. Cuentan que instantes antes de desplomarse en el Club de Manhattan había solicitado ayuda para quitarse el abrigo, en evidente gesto de sofocación.
Horas después falleció en el hospital Monte Sinaí víctima de un derrame cerebral, provocado por sus constantes subidas de tensión arterial.
Nacido en La Habana el 19 de noviembre de 1888, Capablanca fue uno de los niños precoces del juego ciencia y en plena adolescencia ya reinaba en Cuba.
Campeón del orbe entre 1921 y 1927, se mantuvo durante más de 8 años sin perder una partida oficial y muy pocos pudieran anotarse el privilegio de derrotarle más de una vez en su vida: Frank Marshall, Enmanuel Lasker, Alexander Alekhine y Rudolf Spielmann.
Dueño de una lógica sencilla e impresionante capacidad para reconocer y “explotar” los puntos débiles del contrario, rompió con cánones de su época y legó un estilo imprescindible para los que han llegado luego.
Mijail Botvinik, Robert Fischer, Anatoly Karpov y Garry Kasparov fueron de los también genios que se han deshecho en elogios hacia el cubano, quien luego de perder su título nunca más tuvo la oportunidad de reconquistarlo.
Fue un comentario de Eyleen Ríos López en la voz de… y la realización de…
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