La col le preguntó: ¿Cómo te llamas?
Caracol.
¿Caracol? Pero si tú no tienes cara de col, no te pareces a mí en Nada. La coliflor sí es prima mía, ¡pero tú!
Sí nos parecemos, col. A los dos nos gusta vivir en el huerto, nos gusta tomar el sol y nos gusta el agua fresca.
Pues sí, caracol, pensándolo bien podríamos ser amigos. Es mejor lo que nos une que lo que nos separa.
BIBLIOGRAFÍA
Blanca Menacho Ortiz