Aníbal: Yo creo que hay que diferenciar lo que decía la dictadura con respecto a los terroristas. Montoneros en ningún momento fue una organización terrorista, al contrario fue la que organizó al pueblo para derrotar a la dictadura. Ese fue el esquema organizativo, conformado por los que estábamos en lo sindical, a partir de la Juventud Trabajadora Peronista de ese momento – no nos olvidemos que teníamos veintiuno, veintidos, veintitres años –, como otros pertenecían a la Juventud Universitaria Peronista, los chicos de la UES (Union de Estudiantes Secundarios) con dieciseis o diecisiete años, las organizaciones barriales, incluso había una organización de inquilinos y de discapacitados; entonces en este marco no se puede catalogar de terrorismo a una organización que tenía las sólidas bases en el pueblo.
Entonces la construcción se daba en contra de los burócratas sindicales, que no representaban la necesidad de los trabajadores en cuanto a los sueldos, en cuanto a las condiciones de trabajo, y en cuanto a las pérdidas de trabajo. Porque desde el 76 en adelante se pone en marcha el neoliberalismo con todas las consecuencias que eso trae, de dejar sin trabajo a la mayoría del pueblo, las importaciones – se acordarán de la famosa [propaganda de la] silla en la televisión – que los productos argentinos no servían cuando todavía se fabricaba el Rastrojero en Córdoba y el Torino era un orgullo nacional. Entonces, eso marca la diferencia entre los que pertenecíamos al campo popular dentro de Montoneros y otras organizaciones que hacían a la defensa, básicamente de lo nacional, y fundamentalmente con eso el trabajo para que los compañeros trabajadores no pierdan derechos.
C: Hace pocos días se conmemoró “El Villazo” , ¿qué evaluación hacés vos de esa experiencia, teniendo en cuenta que fue una represión atroz durante el gobierno democrático y qué conclusiones sacás en función a lo que pasó después?
A: Normalmente los pueblos a través de sus organizaciones, a veces incipientes, a veces con un gran arraigo popular, tal el caso marcadamente del peronismo como identidad política hacia el pueblo representado, tienen sus formas de organizarse y de expresarse. Es decir, ese hecho puntual es donde demuestra la cara más oscura de la represión en gobierno democrático. También lo podemos llevar a ahora, y el pueblo hoy, oprimido como está largó el hit del verano – el cántico popular que se viralizó en las canchas en contra del presidente Macri. Son formas organizativas que expresa el pueblo en función de poder organizarse para conservar sus derechos.
C: Vos tenés un hermano desaparecido, ¿quien era tu hermano?
A: Empecemos por el principio: Eduardo Oscar Danielis estudió en el Instituto Juan XXIII cuando dejó de ser seminario acá en Guadalupe. Después pasa – siendo todavía perteneciente a la Universidad Católica – a la Facultad de Agronomía y Veterinaria en Esperanza. Con todo ese marco organizativo, incipiente de tomas ideológicas a partir del tercermundismo – de los movimientos latinoamericanos – , logran que en [la localidad de] Esperanza [en Santa Fe] la facultad pase de la universidad Católica a la Universidad Nacional del Litoral. Se recibe de veterinario en la facultad, ya era plena dictadura, con compromiso dentro de Montoneros en la cual se tiene que trasladar por la persecuciones. Después ya me ponen preso y pierdo contacto absoluto. Recién me entero al año siguiente, un 1ro de agosto de 1977, que lo habían levantado y desaparecido.
C: Y en la distancia y en el tiempo, ¿cómo lo estás sintiendo?
A: Es lógico que lo sienta por ser mi hermano pero en él se expresan no solo los 30 mil desaparecidos, es decir, se toma ese número de desaparecidos pero no se toma en cuenta la cantidad que mataron, que fueron muchísimos más. Tengo entendido por algunas cifras que pude ver por ahí que en total hubieron doscientos mil presos en el país; que han pasado y estado en la cárcel. Normalmente lo que hago es expresar un nombre que yo pueda referenciar porque lo conozco, en función de los 30 mil que están desaparecidos.
C: A partir de lo de Aníbal, el “Pluto” que compartimos en la cárcel de Coronda, en estas construcciones culturales y construcciones ideológicas que hoy parecen tan evidentes y tan visibles, también se dieron en aquella época cuando por ejemplo se instalaba la famosa frase “por algo habrá sido”.
A: Y algo habrán hecho...
C: Estábamos hablando de "apátridas" y hablábamos de "subversivos" y de "terroristas". Esto también era una construcción del lenguaje y una construcción de los medios. Esto por un andarivel. El otro que me parece importante, es el hecho de que la represión – que fue salvaje y atroz –, sin embargo tuvo en muchos lugares, capítulos muy especiales, actitudes absolutamente contrarias a la dignidad humana. No fue solamente porque una persona era capaz de hacer parir a una mujer y entregar ese bebé a otra familia, o por la cantidad de horas que te tenían con la picana eléctrica. Esto tuvo que con el nivel organizativo que tenían las organizaciones en el terreno. No es casual que aparezcan una gran cantidad de muertos y desaparecidos – y como bien dijo “Pluto”–, de gente presa de exilios internos y externos. Entonces, por ejemplo, la cantidad de muertos y desaparecidos del acceso norte de Buenos Aires, tiene que ver con todo un desarrollo sindical de Montoneros. La gran cantidad de muertos y desaparecidos de Córdoba –no solamente de Montoneros, inclusive de integrantes de organizaciones sindicales que no estaban de acuerdo con la lucha armada–, tiene que ver con el nivel de desarrollo de la clase trabajadora que se expresaba en distintas organizaciones. No es solamente que el problema de Tucumán era la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Era que la guerrilla del ERP y un montón de otras organizaciones tenían efectivo arraigo en los sindicatos azucareros, en las pequeñas empresas que había. Esto es lo mismo que se vivió en los procesos donde hubieron las más grandes torturas, terribles, como fue Misiones. Allí existía el Movimiento Agrario Misionero (MAM) que además de ser una estructura Montonera, tenía centenares de pequeños y medianos agricultores que formaban parte de ese esquema organizativo. Entonces en ese marco me parece que hay que revalorizar la experiencia de los años 70 de la guerrilla en Argentina y su relación intrínseca con el pueblo trabajador y sus organizaciones más representativas.