Una segunda cuestión que me parece fundamental es que, a partir de ese análisis, promover un debate social importante en términos de cuáles son los ejes por los que debería pasar fundamentalmente una política de comunicación que no se restrinjan a las políticas de propiedad. Hay que hacer, también, un debate significativo sobre los contenidos y las formas de generar nuevos contenidos. Sabemos que es caro producir, que tiene sus dificultades, pero no es imposible.
Una tercera cuestión es promover un resguardo más amplio para todo lo que sea radiodifusión comunitaria. Creo que hay una potencialidad muy grande en ese sector. Y que, de hecho, hay en la actualidad una importante participación de los medios comunitarios. Sin embargo, esos medios todavía encuentran dificultades estructurales de funcionamiento. Por eso, se necesita una legislación que los resguarde pero, al mismo tiempo, que brinde la posibilidad de contar con mejores recursos para su producción.
Un cuarto elemento es el tema de la Televisión Digital Terrestre (TDT ). Esto lo planteamos porque la TDT abre sí o sí la necesidad de discutir cómo va a ser ese proceso de transición de lo analógico a lo digital. Es inevitable. Tarde o temprano todos los países van a migrar a la televisión digital. Y en lugares donde no siempre es fácil abrir le debate, la llegada de la TDT genera per se una necesidad de discutir estas cuestiones.
Y finalmente, como último punto, creo que es importante la articulación de la sociedad civil que a veces se fragmenta. En ese sentido, algo que observo en Centro América, y en Guatemala en particular, es que hay una sociedad civil bastante movilizada en diversos temas pero que no siempre reconoce la importancia de los medios de comunicación, aún para cuestiones que no estén directamente vinculadas a la comunicación. Si esas organizaciones pudieran trabajar una agenda común en relación a una propuesta base de medios de comunicación sería un paso importante. No pueden dejar de participar los organismos de derechos humanos por un lado, las universidades por el otro, los movimientos étnicos y los que tengan que ver con el género. A pesar de que sus temas no están vinculados directamente también tienen que estudiar cómo son representados por los medios.
Me parece importante tratar generar las condiciones para abrir el juego a nuevos y mejores medios de comunicación. Los temas de una agenda democrática de comunicación quedan demasiado acotados o a algún sector de la academia o alguna organización social que tiene intereses directos. Pero creo que el desafío es ampliarlos a un conjunto más amplio de organizaciones.