Jorge Valdivia a la selección nacional. Curiosa y excéntrica –como su
personalidad– es también la forma de hacerlo a través de una cuenta de
Twitter. No obstante, su historial indicaría que con un par de guiños,
arrumacos y ruegos de la dirigencia o del entrenador, el volante perfectamente
podría volver a ceñirse la camiseta de Chile para la Copa América 2015. Si no
es así, se despide de la "Roja" un superdotado del fútbol que increíblemente
desaprovechó y se farreó su grandísimo talento. Lamentablemente, el "Mago",
en sus nueve años como seleccionado chileno, sólo entregó porciones de su
virtuosismo y para muchos quedó al debe con su cometido en el equipo de
todos.
Curiosamente, Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli en Sudáfrica 2010 y Brasil
2014, respectivamente, lo utilizaron en el centro de la ofensiva y no en la
posición que más domina y le acomoda, que es la de habilitador y lanzador.
De acuerdo con esto, los resultados de su rendimiento eran esperables; sin
embargo, el ex Colo-Colo igual se las arregló para anotarles a los australianos
en la última justa planetaria del balón.
La canción de Mauricio Redolés dice que el copete mató a Gaete, pero
también el copete y el carrete han aniquilado a tanta promesa futbolística en
el mundo.
En un paseo por la carrera de Jorge Valdivia, es imposible no acordarse de sus
episodios de indisciplina, polémicas que se iniciaron en la Copa América de
2007 con el "Puerto Ordazo" y que se continuaron con los episodios del
“Tavelli” y el “Bautizazo” rumbo a Brasil 2014.
El locuaz volante criollo no quedó conforme con sus 94 minutos en Brasil
2014 y decide dar un paso al lado con las disculpas correspondientes por los
exabruptos cometidos. Finalmente, su merma física le pasó la cuenta a la hora
de la alta competencia y rara vez estuvo disponible y a punto para disputar un
partido completo. Lamentablemente, en el esquema de Jorge Sampaoli no
sirven jugadores de medio tiempo.
Convengamos en que al ex volante del Palmeiras siempre le resultó fácil jugar
a la pelota y quizás por eso no calibró que el fútbol, más que un juego, es una
profesión.