En Chile es difícil hacer carrera en el deporte y ser pugilista femenina lo es doblemente. La puentealtina, en sus tres años en el boxeo profesional, las ha pasado todas. Un 9 de abril de 2010 debía debutar con Gabriela “Pulga” Aranda, pero la trasandina no se presentó a la velada que se montó en el Club México. Veintiún días más tarde, la criolla, con algo de ansiedad, haría su estreno frente a la también argentina Natalia Burga. Un episodio del deporte chileno que la historia consigna como el primer combate profesional femenino de boxeo.
En las siguientes refriegas, su manejador y entrenador Claudio Pardo tuvo que gastar lo que no tenía para traerle rivales y para que su pupila siguiera peleando en nuestro país. Todo se hacía cuesta arriba, sin una competencia local, por ende sin rivales y sin auspiciadores. En medio de este inhóspito panorama, el Team Pardo decidió ir a probar suerte a Argentina en 2012.
En el otro lado de la cordillera, la “Crespa” simplemente deslumbró. Peleó tres veces en un mes y medio -ganó los tres combates-, lo mismo que había peleado en Chile en sus casi tres años en el “profesionalismo”. La prensa trasandina elogió su técnica, su velocidad y sus ágiles desplazamientos.
El regreso a Chile a fines de 2012, también fue la vuelta a la triste realidad. Con escaso apoyo, Rodríguez comenzaría a autogestionar la disputa del título latinoamericano de la AMB. Asimismo, organizó rifas y fiestas que servirían para paliar los costos del evento. El título quedó en casa pero la púgil no quedó conforme con su cometido. Por motivos extradeportivos, Rodríguez no pudo dedicarle tiempo completo a su trabajo técnico. ¿Usted se imaginaría a Roger Federer o a Usain Bolt haciendo completadas o kermeses para poder realizar sus partidos o competiciones?
El 26 de julio último, la chilena se trajo otra victoria desde Argentina, derrotó por los puntos a la local Florencia Canteros y mantuvo su invicto en Argentina de cuatro combates y general de ocho. Con ese palmarés llega la criolla -este sábado 31 de agosto- a enfrentar a la venezolana Ana Lozano en Constitución.
Carolina Rodríguez Solorza va por un cetro que se merece como nadie y que ha perseguido con tozudez, sacrificio y convicción. Señoras y señores, es la hora de la “Crespa”.