FECHA: 14 de febrero de 2018
REDACTOR:
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Los 15: ilusión y odisea de una tradición social.
Más allá de las esperadas fotografías o el ajetreo de la fiesta, celebrar los 15 años constituye una tradición en diversas partes del mundo ya sea por herencia cultural o no, lo cierto es que este cumpleaños cierra una etapa en los adolescentes a la vez que les muestra el camino hacia la adultez.
Y digo los adolescentes, en genérico, porque la ilusión de los 15 ya no es exclusiva de las féminas; las barreras prejuiciosas que impedían a los varones posar frente a las cámaras o festejar ese día por todo lo alto parecen estar cada vez más difuminadas.
Los tiempos cambian y no por ser tradiciones significa que estas deban de quedar estáticas, ellas y ellos, tienen los mismos derechos a dejar plasmados en fotografías y videos el momento en el que la infancia simplemente quedó atrás.
Lo complejo de este asunto comienza cuando las apariencias o las modas cada vez más consumistas empiezan a ganar terreno, convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para la economía familiar.
Aun cuando la sábana apenas sí llega hasta la rodilla, muchos son los padres que acceden ante los caprichos de los hijos por tener la fiesta del año, ropa de marca, teléfono última generación y hasta viajes a hoteles “Todo Incluido”, cuyo financiamiento se extiende, en múltiples ocasiones, hasta los amigos más cercanos.
Los paquetes, encarecidos por momento, son diseñados por una industria bien consolidada que se encarga de todos los detalles para que ese día sea perfecto… pero, el sacrificio de la familia ¿acaso es valorado por alguien?
Los hijos deben ser la única respuesta ante esta interrogante, quienes no deberían ver como una obligación de sus progenitores el cumplimiento de sus deseos cuando las finanzas del hogar no alcanzan para tanta ostentación.
Sin embargo, la llegada de las 15 primaveras ya no es la única justificación para celebrar con “bombo y platillo”, como comentan muchos, pues la cultura occidental se está ocupando de que las ansias por ese día sean más “soportables”, si en vez de una fiesta tenemos 3 al estilo de princesas de Disney.
Se trata de los mini 15, a los 5 años y los pre 15 a los 10, una especie de ensayo general que lucra con las ilusiones de la transformación de niña a mujer, siembra irracional de banalidad que deja a la inocencia cada vez en mayor desamparo.
Educar a nuestros hijos en la sencillez y la racionalidad de acuerdo con el bolsillo de cada cual, es la clave para contar mañana con jóvenes agradecidos que sepan identificar prioridades y exigir en correspondencia, lo cual siempre será mucho mejor que tirar la casa por la ventana.
Fue un comentario de Claudia Patricia Domínguez del Río en la voz de..
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