FECHA: 14 de enero de 2108
REDACTOR: Martha Gómez Ferrals
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Rubén Batista Rubio, emblema del estudiantado bravío.
Rubén Batista Rubio al morir con solo 22 años el 13 de febrero de 1953, se convirtió en el primer estudiante universitario cubano inmolado en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. Porque su muerte en la flor de la vida no fue por causas naturales. No logró sobrevivir a la atroz agresión con balas sufrida durante un acto en desagravio a la memoria de Julio Antonio Mella, iniciado en la histórica Universidad de La Habana.
Ese hecho monstruoso había ocurrido 29 días antes, el 15 de enero por más señas. Al sepelio del combativo revolucionario, quien era estudiante de Arquitectura, asistieron decenas de miles de personas, indignadas e inspiradas por un sentimiento patriótico creciente.
Era como si ya en toda la nación, que veía con horror el incremento del sadismo y la impunidad de los esbirros del tirano, se avizoraba como una fuerza y una luz cercanas el Moncada y luego la lucha por la libertad en la Sierra Maestra, liderada por Fidel.
Uno de esos sucesos ya estaba fraguándose y el otro llegaría más adelante, consecuentemente con el primero.
Pero el Año del Centenario del natalicio del Apóstol de la independencia, José Martí, se iniciaba con la generosa sangre del estudiante Rubén Batista derramada, ratificando 2 cosas: la juventud continuaba a la vanguardia y el estudiantado universitario, y la histórica FEU creada por Mella, participaban y participarían junto al pueblo en el combate final que estaba por empezar a librarse con más fuerza contra el dictador.
¿Qué decir de aquel joven ejemplar? La rebeldía, el coraje y sed de justicia marcaron su hoja de ruta en su corta existencia.
Todo hubiera podido ser distinto si se hubiera aceptado que era el decoro y el amor a la Patria lo que animaba la acción de los ofendidos patriotas. Pues la efigie de Mella había sido ultrajada. Por ser enero, en otro aniversario del joven paladín de tantas causas justas, los jóvenes universitarios homenajearon la memoria de Mella, asesinado 24 años antes por el machadato, develando un busto en la plazoleta situada frente a la escalinata de la Universidad de La Habana.
Cuatro días después la efigie del dirigente estudiantil comunista amaneció profanada, cubierta de chapapote, y la indignación y la repulsa se adueñó del estudiantado, que se congregó y manifestó con ardor.
Como era de esperar las fuerzas policiales reprimieron a los manifestantes con la fuerza. Ese día cayó mortalmente herido el estudiante de arquitectura Batista Rubio en la intercepción de San Lázaro y Prado.
Su sepelio, una de las más impresionantes concentraciones de pueblo que recorrieran por aquellos días La Habana, hasta el cementerio Cristóbal Colón, llevaba el alma limpia y patriótica de valerosas mujeres, militantes del Frente Cívico Martiano. Ellas portaban desde la avanzada de aquella marcha una pancarta con la sentencia del Apóstol: La sangre de los buenos no se derrama en vano. Uno de los tantos geniales pensamientos del Maestro, que se cumplía fielmente en el caso del joven revolucionario. El ejemplo de su vida sigue inspirando.
Fue un comentario de Martha Gómez Ferrals en la voz de..
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