Todas estas acciones de control territorial y de autonomía se dan en un contexto de persecución y de terror. Ha sido evidente el incremento de las violaciones a los derechos humanos y recrudecimiento de la violencia que han debido soportar. Amenazas a través de panfletos, mensajes a correos electrónicos, señalamientos a comuneros y voceros de diferentes resguardos, asesinatos selectivos a guardias indígenas, comuneros y líderes; es el balance de lo que va corrido del año 2015. A pesar del recrudecimiento de la violencia en varios sectores del norte del Cauca, las comunidades indígenas, valientes y dignas, están decididas a seguir fortaleciendo las acciones de control territorial y de liberación de la Madre Tierra, y esto se comprueba en los diferentes puntos de concentración que siguen recibiendo más participantes cada día.
Pese a que las comunidades realizan pacíficamente estas actividades de liberación, esta semana se ha registrado continuas represiones y abusos de la fuerza pública en los puntos de concentración en Corinto y en La Agustina. Las fuerzas del ESMAD hacen uso indiscriminado de gases lacrimógenos, gases pimienta, balas de goma, balines y otros elementos de represión de manera desproporcionada, lo que significa un abuso de autoridad y un uso excesivo de la fuerza armada.