FECHA: 14 de marzo de
REDACTOR: Lino Lubén Pérez
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Cuando la luz natural y el ahorro de energía se dan la mano.
Cuando nos acercamos a la temporada estival los cubanos prestamos una atención especial a los relojes por el hecho de que el tiempo y su duración, desde épocas inmemoriales, son elementos imprescindibles para la vida de cualquier persona.
En el caso de Cuba, en el verano se ajustan los relojes de acuerdo con la hora que corresponde al meridiano situado a 60 grados al oeste del de Greenwich, a partir del cual se miden las longitudes en correspondencia con la circunferencia imaginaria que une a los polos y que recibe su nombre por cruzar por esa localidad inglesa situada en la ribera sur del río Támesis.
Acá se emplea esa en vez de la Hora Oficial que por nuestra ubicación geográfica nos corresponde, que es la del meridiano 75 grados Oeste, y durante el período en vigor de este horario, la diferencia con la hora de Greenwich es de menos 4 horas, en lugar de menos 5 que tenemos en el curso de la Hora Oficial.
Un experto en la materia, el profesor Jorge Pérez Doval, antiguo jefe del Departamento del Instituto de Geofísica y Astronomía, aclaró en un artículo para la revista de su organismo que tal horario no incrementa la cantidad de horas en que el Sol permanece visible sobre el horizonte.
Esas aumentan en el hemisferio norte desde el equinoccio de primavera en la medida en que la estación avanza, hasta un máximo de horas con Sol durante el solsticio de verano el 21 de julio, explicó Pérez Doval y especificó el objetivo estratégico de la medida:
“Lo que se logra con este horario es que oscurezca una hora más tarde, justo cuando se origina el mayor pico eléctrico al comenzar la noche, con el consiguiente ahorro de energía. También, por supuesto, amanece una hora más tarde, pero el pico eléctrico matutino es mucho menor.”
Una decisión de ese tipo data del 10 de junio de 1928, cuando se implantó por primera ocasión en Cuba el horario de verano, mediante el Decreto Presidencial 882 firmado 4 días antes, por Gerardo Machado Morales.
Desde hace años, la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía establece el horario de verano, una práctica internacional con gran impacto en el ahorro de energía, sobre todo en el sector residencial, el mayor consumidor.
En los meses de verano los días son más largos, por lo que resulta factible la modificación del horario sin afectar por la mañana la entrada de los estudiantes a las escuelas y de los trabajadores a sus centros, ya que el inicio del amanecer siempre ocurre antes de las 7:20 de la mañana.
Se trata de aprovechar la luz natural y evitar que coincida en el período de 5 a 9 de la noche, cuando se dispara el consumo, con la cocción de los alimentos.
Fue un comentario de Lino Lubén Pérez en la voz de… y la realización de…
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