FECHA: 06-07-2018
REDACTOR:
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Cuidado con el envase
La culpa es del envase, se quejaba una vecina, que al tratar de condimentar la comida con puré de tomate, vertió en el caldero un chorro de nitrofumán.
Por suerte, las consecuencias fueron las menores y sólo se perdió el alimento que pretendía sazonar, pero la anécdota tiene que hacernos reflexionar sobre un asunto verdaderamente serio, que puede conducir a un fatal accidente.
El mercado se ha llenado en la actualidad de unos atractivos pomos azules, los cuales contienen lo mismo condimentos para la cocina como el puré de tomate, que líquidos tan disímiles como salfumán, lejía o sirope.
Cierto es que tienen una etiqueta que identifica su contenido, pero es de papel y con un pegamento de baja calidad que no asegura su permanencia lo que se presta a errores, fundamentalmente de los niños.
Ignoro si esas vasijas son producidas al por mayor por la industria nacional o se importan con diferentes fines, pero vale la pena detenerse en las consecuencias de emplear un envase común tanto para alimentos como para productos nocivos a la salud.
Es una ley del mercado llamar la atención sobre determinados artículos ya sea a través del uso de colores o tipos de envases, lo cual hace que los clientes los identifiquen con facilidad, sin embargo en el caso que nos ocupa sólo propicia la confusión entre los posibles usuarios e incrementa el riesgo al ubicarlos en la casa, si se adquiere más de un tipo.
La protección al consumidor pasa por muchas aristas, entre las cuales hay que situar la oferta de envases más allá de atractivos, seguros para la salud.
Es una costumbre de los cubanos reutilizar los pomos plásticos con diversos propósitos y hay que tener muy claro en el caso de los referidos pomos azules que los que contienen originalmente alimentos pueden volver a emplearse, pero los otros no.
Algo similar ocurre en las farmacias con los pequeños pomos utilizados para almacenar producciones de medicina natural tradicional, que sólo poseen una pequeña etiqueta escrita a mano.
Al margen de las carencias que nos obligan a buscar alternativas fundamentalmente para fabricaciones locales, es bueno delimitar, al menos por colores, cuáles serán los contendores que se emplean para líquidos que pueden ingerirse o no, pues en el peor de los casos puede suceder que usted se tome una cucharada de solución para la pediculosis o se aplique en la piel un azucarado jarabe anticatarral.
Fue un comentario de… en la voz de… y la realización de…
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