FECHA: 10-01-2019
REDACTOR: Lubia Ulloa Trujillo
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Demanda, calidad y precio, sin ponerse de acuerdo.
Yo no quiero esos zapatos, le decía un niño a su mamá frente al
mostrador de una tienda del Comercio Minorista en la ciudad de Ciego de Ávila, cuando esta le insistía en que se probara aquel par, según ella, a su alcance monetario.
El infante los veía feos y, con lágrimas en los ojos, suplicaba no gastar dinero en esa prenda de vestir algo parecida a las zapatillas.
Entiendo la posición de la madre de querer adquirirlos, pues por un lado la economía familiar no es holgada en todos los hogares y, por el otro, los zapatos de esta historia se ven resistentes al ajetreo de los niños en su actividad cotidiana.
Pero coincido con el parecer del menor, pues los zapatos de marras carecen de una estética atractiva que motive su compra; no por gusto permanecen en estantes y vidrieras de la red de puntos de venta del Ministerio del Comercio Interior (MINCIN), sin mucha venta, a pesar de recibir reiteradas modificaciones en su precio.
En otra tienda de la ciudad capital avileña, una señora solicitaba a la dependienta una bata de casa y un juego de ropa de dormir como los que se mostraban en los estantes, sin embargo, del otro lado del mostrador le informaron que tallas grandes nunca se suministraban al establecimiento.
La mujer, disgustada y con razón, se quejó de lo difícil que resulta para los obesos adquirir cualquier prenda de vestir, y mucho más las que estén a la moda.
Estos son dos de los tantos ejemplos que evidencian cuánto falta por hacer en cuestiones de estudio del mercado, para conocer las necesidades y gustos de los consumidores, lo que garantizará luego una planificación más cercana en las compras o las elaboraciones.
O sea, adquirir o fabricar lo que las personas precisan, en cantidades y calidades acordes a las necesidades, lo cual evitará la acumulación de productos de lento movimiento, que poco benefician a la economía nacional.
Sin embargo, la inteligencia del cubano sobrepasa límites insospechados para rediseñar productos adquiridos y lograr, por ejemplo, un mosquitero de “copa” para cuna, a partir de la compra de dos de estos artículos, de tejido de tul, a un precio de 50 pesos cada uno, invención que ahorra unos 150 pesos si se tiene que recurrir al sector no estatal.
Fue un comentario de Lubia Ulloa Trujillo … en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO
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