FECHA: 6 de diciembre de 2019
TEMA: Descubren un nuevo escudo protector en el cuerpo
REDACTOR: Alain Amador
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN.
LOC: Los animales necesitan protegerse de los patógenos, seres que están deseando adentrarse en su cuerpo para hacer de las suyas.
Para evitarlo, todos los organismos cuentan con anticuerpos, una capa de «piel» que actúa como barrera, un arsenal de células de defensa del sistema inmune, entre las que están los linfocitos o las llamadas células asesinas naturales, proteínas que señalizan la presencia de enemigos (el interferón) y una respuesta conocida como inflamación.
Ese proceso es una especie de «declaración de zona de emergencia» en la que se aumenta el flujo sanguíneo en el lugar de entrada de los patógenos, se incrementa la temperatura y «se pide refuerzos», para que se congreguen leucocitos y macrófagos.
Esta respuesta puede ir acompañada de un auténtico ataque de armas químicas: algunas células producen moléculas con alto poder oxidante para «freír» a los enemigos.
Por desgracia, ese ataque no solo afecta al patógeno, sino también a las propias células del organismo. Precisamente esta semana, una investigación publicada en « Current Biology», y elaborada por científicos de la Universidad de Bristol (Reino Unido), ha descubierto un nuevo escudo protector que blinda a los tejidos frente a la inflamación.
Creen que el hallazgo, que se ha producido en moscas de laboratorio, podría servir para preparar los tejidos humanos antes de hacer cirugías y reducir los riesgos de complicaciones y el tiempo de recuperación.
Cuando se produce una lesión, a causa de un accidente o una cirugía, se puede activar la inflamación y la liberación de esos compuestos oxidantes. Estos reciben el nombre de especies reactivas de oxígeno; de hecho, uno de ellos es el agua oxigenada.
En esta ocasión, los investigadores de Bristol han descubierto las rutas de señalización que se activan en el organismo y que tienen como finalidad proteger los tejidos de estas especies reactivas de oxígeno.
A través de las moscas de laboratorio, pudieron demostrar «que la activación ectópica –externa– de esas vías de protección mejora la defensa de los tejidos, mientras que la inhibición lleva a retrasos significativos en la curación de la herida».
Es decir, averiguaron que, de alguna forma, se puede poner la tirita antes que la herida, y preparar al tejido para una operación, al menos en teoría
Novedades de la ciencia y la tecnología por medio de Alain Amador, Yosdani Muñoz y Yasney Crespo.
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