Por: Lisandra Romeo Matos y Lissett Izquierdo Ferrer.
La Habana, 19 abr (ACN) Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, aseguró hoy en su primer discurso tras asumir el cargo, que en esta nueva legislatura “no habrá espacio para los que aspiran a una restauración capitalista”, y sí para continuar perfeccionando el socialismo.
Ante la recién constituida IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Díaz-Canel Bermúdez reafirmó que en Cuba, por decisión del pueblo, solo toca dar continuidad a la obra emprendida desde 1959, con la unidad entre todas las generaciones.
Conociendo el sentir popular a favor del General de Ejército Raúl Castro, el mandatario aseguró que el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y futuro de la nación.
Raúl, quien ha preparado, conducido y liderado este proceso, con firmeza, sin apego a cargo, con serenidad, madurez, confianza y modestia se mantiene por legitimidad y mérito propio al frente de la vanguardia política del país, acotó.
Él sigue siendo el Primer Secretario, como el referente que es para cualquier comunista y revolucionario cubano, y porque Cuba lo necesita, aportando ideas, alertando sobre cualquier error y deficiencia, ratificó.
Habló sobre la gestión interna y en materia de política exterior del General de Ejército al frente del país en esta última década, cuando emprendió profundos e imprescindibles cambios estructurales y conceptuales, como parte del proceso de actualización del modelo económico.
Conozco de las preocupaciones y expectativas que lógicamente provoca un momento como este, pero contamos con la fuerza, inteligencia y sabiduría del pueblo, y el liderazgo del PCC, el legado del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, y con la presencia de Raúl, “líder actual del proceso revolucionario”.
Solo el PCC, fuerza dirigente del Estado, garantiza la unidad y es el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en sus líderes, argumentó Díaz-Canel Bermúdez.
En otro momento de su alocución, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ratificó que la política exterior cubana se mantendrá inalterable, porque “Cuba no hace concesiones, no negociaría principios ni aceptará condicionamientos”.
Díaz-Canel Bermúdez reafirmó la responsabilidad que entraña asumir el cargo, y que cumplirá “con honor y emoción el mandato del pueblo”, con apego a la generación histórica.
Con la constitución de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional, dijo, culmina el proceso electoral revolucionario protagonizado en los últimos meses por el pueblo cubano, en el cual se reafirmó el carácter democrático, consciente y de elevada significación histórica de este paso.
Se trata de una elección que emergió desde el pueblo, el que controlará la gestión y participará de la toma de decisiones y en la implementación de las políticas aprobadas, sustentó quien a la vez calificó el proceso que hoy culmina como una “contundente victoria y expresión del compromiso en la defensa de la obra revolucionaria”.
A esa confianza que el pueblo nos entrega, hay un solo modo de responder, actuando, creando y trabajando sin descanso para responder a sus demandas y necesidades, abundó.
Al asumir este puesto en una compleja coyuntura, alertó el Presidente que ningún país, como Cuba, ha resistido por tantos años sin rendirse al asedio económico, comercial, militar, político y mediático.
Entre los combates a vencer a lo interno, Díaz-Canel Bermúdez citó las propias indisciplinas, errores e imperfecciones, y al mismo tiempo, urgió a avanzar sin prisa, pero sin pausa, como advirtiera Raúl, hacia la prosperidad y la conquista de un socialismo próspero y sostenible.
Señaló que las prioridades están definidas en los documentos rectores del PCC, en particular los lineamientos y el plan de desarrollo a corto, mediano y largo plazos del país.
Díaz-Canel Bermúdez concluyó su discurso aludiendo a este día simbólico para la historia de Cuba, en el que invitó a pensar en Fidel y su legado, y a jurar defender esta Revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes “que la generación histórica nos entrega intacta”.