CRÓNICA
FECHA: 20-12-17
REDACTOR: Ana Esther Zulueta
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Doblan campanas por Nueva Gerona y por el Libertador de América
Por edicto de Fernando VII, monarca de España, en la otrora Plaza Isabel II, kilómetro Cero hacia cualquier destino de esta geografía, el 17 de diciembre de 1830, hace 187 años, se leyó el acta fundacional de la Colonia Reina Amalia y su villa Nueva Gerona.
Justo ese día, en Santa Marta, en el Caribe continental, a los 47 años de edad exhaló su último suspiro Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, El Libertador de América extraña paradoja de la historia y sus azares.
Mientras, aquí en el Caribe insular, nacía la nueva Colonia como isla carcelaria, estigma que le impuso el régimen colonial español a esta parte de la geografía del archipiélago cubano, donde cumplieron condena reos comunes y políticos, como el periodista habanero Raimundo Cabrera Boch, quien nació en 1852 y falleció en 1923.
Cabrera Boch, con la misma vocación independentista de Bolívar, el 21 de agosto de 1869 embarcó desde el puerto de La Habana oculto en la bodega de un barco para participar en una expedición organizada desde Estados Unidos, momento en que lo prenden y deportan a Isla de Pinos.
Él fue uno de los pocos que dejó para la posteridad testimonio de aquellos aciagos días, en su libro Mis buenos tiempos narra el modo en que fueron llevados hasta la casa del gobernador militar, quien les dijo: “Deportados, tenéis la ciudad por cárcel, ninguno podrá alejarse medio kilómetro de ella sin mi permiso escrito.
Debéis dar parte, dentro de 24 horas, de vuestro alojamiento. Los domingos tenéis la obligación de presentaros aquí a las nueve de la mañana a pasar la lista”, relató quien años después fue propietario de la revista Cuba y América.
La extraña paradoja de la historia y sus azares quiso también que el adolescente José Julián Martí Pérez, quien vivió hace 147 años en la finca El Abra, como deportado político, saliera de Isla de Pinos a La Habana, justo un día después de la celebración de cuatro décadas de la fundación de la colonia y de su villa y conmemoración de la muerte del Libertador.
Quizá, en aquel paraje intramontano de El Abra, el día antes de su viaje en 1870, el joven Martí -bolivariano de convicción- juró consagrar su vida, como lo hizo, a la lucha por la independencia de Cuba.
Hoy cuando doblan las campanas por el aniversario 187 de Nueva Gerona, novia del Caribe insular con renovados tintes, también repican para que el Libertador siga cabalgando convertido en millones por estas tierras de América, donde el neoliberalismo otra vez asecha.
Fue un comentario de Ana Esther Zulueta en la voz de..
ACN RADIO
FECHA: 20-12-17
REDACTOR: Ana Esther Zulueta
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Doblan campanas por Nueva Gerona y por el Libertador de América
Por edicto de Fernando VII, monarca de España, en la otrora Plaza Isabel II, kilómetro Cero hacia cualquier destino de esta geografía, el 17 de diciembre de 1830, hace 187 años, se leyó el acta fundacional de la Colonia Reina Amalia y su villa Nueva Gerona.
Justo ese día, en Santa Marta, en el Caribe continental, a los 47 años de edad exhaló su último suspiro Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, El Libertador de América extraña paradoja de la historia y sus azares.
Mientras, aquí en el Caribe insular, nacía la nueva Colonia como isla carcelaria, estigma que le impuso el régimen colonial español a esta parte de la geografía del archipiélago cubano, donde cumplieron condena reos comunes y políticos, como el periodista habanero Raimundo Cabrera Boch, quien nació en 1852 y falleció en 1923.
Cabrera Boch, con la misma vocación independentista de Bolívar, el 21 de agosto de 1869 embarcó desde el puerto de La Habana oculto en la bodega de un barco para participar en una expedición organizada desde Estados Unidos, momento en que lo prenden y deportan a Isla de Pinos.
Él fue uno de los pocos que dejó para la posteridad testimonio de aquellos aciagos días, en su libro Mis buenos tiempos narra el modo en que fueron llevados hasta la casa del gobernador militar, quien les dijo: “Deportados, tenéis la ciudad por cárcel, ninguno podrá alejarse medio kilómetro de ella sin mi permiso escrito.
Debéis dar parte, dentro de 24 horas, de vuestro alojamiento. Los domingos tenéis la obligación de presentaros aquí a las nueve de la mañana a pasar la lista”, relató quien años después fue propietario de la revista Cuba y América.
La extraña paradoja de la historia y sus azares quiso también que el adolescente José Julián Martí Pérez, quien vivió hace 147 años en la finca El Abra, como deportado político, saliera de Isla de Pinos a La Habana, justo un día después de la celebración de cuatro décadas de la fundación de la colonia y de su villa y conmemoración de la muerte del Libertador.
Quizá, en aquel paraje intramontano de El Abra, el día antes de su viaje en 1870, el joven Martí -bolivariano de convicción- juró consagrar su vida, como lo hizo, a la lucha por la independencia de Cuba.
Hoy cuando doblan las campanas por el aniversario 187 de Nueva Gerona, novia del Caribe insular con renovados tintes, también repican para que el Libertador siga cabalgando convertido en millones por estas tierras de América, donde el neoliberalismo otra vez asecha.
Fue un comentario de Ana Esther Zulueta en la voz de..
ACN RADIO
