EXCLUSIVA NACIONAL (SERVICIO DE ACN RADIO)
FECHA: 16-12-19
REDACTOR: Claudia González Corrales-Tomás Noda
SONIDO: TEMA DE PRESENTACION
LOC: Educación Especial en Cuba, una obra de amor.
La Educación Especial en Cuba ya tiene casi seis décadas en su andar, y se ha perfeccionado como política encaminada a las personas con necesidades diferentes preparándolas para la vida, en una obra de infinito amor que busca la inclusión educativa y social.
De esta forma habló hoy Beatriz Roque Morales, directora nacional de Educación Especial, al presentar una actualización sobre los avances y desafíos de ese nivel de enseñanza que tanto demanda de la sensibilidad y preparación de los educadores.
Según informó, en este momento en Cuba son atendidos 33 mil 639 educandos con necesidades especiales en 338 instituciones y nueve centros mixtos, por unos ocho mil 681 logopedas, psicopedagogos, psicoterapeutas, psicólogos, maestros de apoyo, rehabilitadores visuales, de orientación y movilidad, e intérpretes de lenguaje de señas.
Destacó que de manera complementaria trabajan los 202 Centros de Diagnóstico y Orientación, que con sus mil 106 especialistas contribuyen a la atención de esta parte de la población, al igual que los 608 maestros ambulantes que van hasta los hogares de estos alumnos para prepararlos para el futuro.
Refirió que la Educación Especial garantiza la formación vocacional y orientación profesional de todos los educandos, con énfasis en los que se desarrollan con una discapacidad intelectual, para asegurar la calificación profesional y desempeñar un oficio que asegure el acceso al empleo digno.
Roque Morales mencionó que entre las medidas que se han tomado para facilitar el aprendizaje de los educandos con discapacidad en cualquier contexto destaca la formación de maestros de apoyo para el asesoramiento, de intérpretes de Lengua de Señas, y de logopedas o terapistas del lenguaje y psicopedagogos.
También explicó que como parte del perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación se han modificado algunas prácticas en el nivel al adaptarse los currículos y darse precisiones metodológicas para docentes y especialistas de las instituciones regulares que atienden educandos con necesidades educativas especiales.
Al referirse a las limitaciones latentes, precisó que debe existir una mayor preparación de los docentes para enfrentar los procesos de enseñanza-aprendizaje de alumnos que requieran de métodos y procedimientos especializados, con altos niveles de complejidad, al igual que las necesarias adecuaciones curriculares.
Todo ello acompañado por los sentimientos de subvaloración y sobreprotección de docentes y familia, y de las limitaciones de recursos instrumentales tecnológicos para garantizar la calificación laboral de algunos educandos, sobre todo con discapacidad intelectual.
Con todo, hoy la Educación Especial exhibe sus resultados: mil 070 educandos continúan sus estudios e intensifican su preparación laboral en la Enseñanza Técnico-Profesional; y más de mil personas con discapacidad intelectual se incorporan cada año a un empleo.
Significó además que cerca de 200 estudiantes con discapacidad visual, auditiva y físico-motora ingresan a la Educación Superior anualmente, y que en las últimas dos décadas mil 411 estudiantes hicieron estudios universitarios.
De acuerdo con la directora nacional, en enero de 1962 surgió el departamento que impulsaría la educación especial, y antes de esa fecha en la isla no había una entidad específica que velara por la incorporación a la vida cotidiana de las personas con capacidades diferentes.
La Educación Especial tiene un carácter preventivo, inclusivo, diferenciado de la organización escolar, constituye una prioridad para el país y el Ministerio de Educación, y goza hoy de alto reconocimiento social, insistió.
Ilustró además que en Cuba hay una prevalencia de la discapacidad de un 3.23 por ciento, y que estas personas, siempre que los tutores legales estén de acuerdo, reciben una educación gratuita y de calidad desde la primera infancia hasta los 18 o pasados los 20 años, que contribuye a una inclusión social más plena.
ACN RADIO
Audio disponible en esta dirección: https://radioteca.net/userprofile/ain_cuba/
FECHA: 16-12-19
REDACTOR: Claudia González Corrales-Tomás Noda
SONIDO: TEMA DE PRESENTACION
LOC: Educación Especial en Cuba, una obra de amor.
La Educación Especial en Cuba ya tiene casi seis décadas en su andar, y se ha perfeccionado como política encaminada a las personas con necesidades diferentes preparándolas para la vida, en una obra de infinito amor que busca la inclusión educativa y social.
De esta forma habló hoy Beatriz Roque Morales, directora nacional de Educación Especial, al presentar una actualización sobre los avances y desafíos de ese nivel de enseñanza que tanto demanda de la sensibilidad y preparación de los educadores.
Según informó, en este momento en Cuba son atendidos 33 mil 639 educandos con necesidades especiales en 338 instituciones y nueve centros mixtos, por unos ocho mil 681 logopedas, psicopedagogos, psicoterapeutas, psicólogos, maestros de apoyo, rehabilitadores visuales, de orientación y movilidad, e intérpretes de lenguaje de señas.
Destacó que de manera complementaria trabajan los 202 Centros de Diagnóstico y Orientación, que con sus mil 106 especialistas contribuyen a la atención de esta parte de la población, al igual que los 608 maestros ambulantes que van hasta los hogares de estos alumnos para prepararlos para el futuro.
Refirió que la Educación Especial garantiza la formación vocacional y orientación profesional de todos los educandos, con énfasis en los que se desarrollan con una discapacidad intelectual, para asegurar la calificación profesional y desempeñar un oficio que asegure el acceso al empleo digno.
Roque Morales mencionó que entre las medidas que se han tomado para facilitar el aprendizaje de los educandos con discapacidad en cualquier contexto destaca la formación de maestros de apoyo para el asesoramiento, de intérpretes de Lengua de Señas, y de logopedas o terapistas del lenguaje y psicopedagogos.
También explicó que como parte del perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación se han modificado algunas prácticas en el nivel al adaptarse los currículos y darse precisiones metodológicas para docentes y especialistas de las instituciones regulares que atienden educandos con necesidades educativas especiales.
Al referirse a las limitaciones latentes, precisó que debe existir una mayor preparación de los docentes para enfrentar los procesos de enseñanza-aprendizaje de alumnos que requieran de métodos y procedimientos especializados, con altos niveles de complejidad, al igual que las necesarias adecuaciones curriculares.
Todo ello acompañado por los sentimientos de subvaloración y sobreprotección de docentes y familia, y de las limitaciones de recursos instrumentales tecnológicos para garantizar la calificación laboral de algunos educandos, sobre todo con discapacidad intelectual.
Con todo, hoy la Educación Especial exhibe sus resultados: mil 070 educandos continúan sus estudios e intensifican su preparación laboral en la Enseñanza Técnico-Profesional; y más de mil personas con discapacidad intelectual se incorporan cada año a un empleo.
Significó además que cerca de 200 estudiantes con discapacidad visual, auditiva y físico-motora ingresan a la Educación Superior anualmente, y que en las últimas dos décadas mil 411 estudiantes hicieron estudios universitarios.
De acuerdo con la directora nacional, en enero de 1962 surgió el departamento que impulsaría la educación especial, y antes de esa fecha en la isla no había una entidad específica que velara por la incorporación a la vida cotidiana de las personas con capacidades diferentes.
La Educación Especial tiene un carácter preventivo, inclusivo, diferenciado de la organización escolar, constituye una prioridad para el país y el Ministerio de Educación, y goza hoy de alto reconocimiento social, insistió.
Ilustró además que en Cuba hay una prevalencia de la discapacidad de un 3.23 por ciento, y que estas personas, siempre que los tutores legales estén de acuerdo, reciben una educación gratuita y de calidad desde la primera infancia hasta los 18 o pasados los 20 años, que contribuye a una inclusión social más plena.
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