Su primer éxito fue «Gula Gula», estrenado en 1989, y continuó grabando álbumes populares a lo largo de los noventa.
Mari Boine creció en Karasjok, al norte de Noruega.
Sus padres eran de la etnia saami y se mantenían de la pesca del salmón.
Mari se crio inmersa en el ambiente natural de la región, pero también en medio del estricto movimiento cristiano que posibilitaba la discriminación hacia su gente.
Cantar en el tradicional estilo yoik era considerado como una obra del diablo.
Además, la escuela local a la que asistía reflejaba un mundo completamente diferente del de su familia, pues todo lo que se enseñaba ahí estaba en noruego.
Una historia que se repite en distintos puntos del planeta.