FECHA: 2 de marzo de 2018
REDACTOR: Martha Gómez Ferral
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: El crimen terrorista del vapor La Coubre en la memoria.
Una explosión de espantosa fuerza expansiva estremeció a La Habana aproximadamente a las 3 y 10 de la tarde el 4 de marzo de 1960.
Se trataba del bárbaro atentado terrorista que voló el vapor francés Le Coubre, anclado en la bahía de La Habana, donde trabajadores portuarios y personal del navío realizaban afanosos la descarga de un alijo de armamentos destinados a la defensa del país, procedente de Bélgica.
Esa fue la primera explosión, pues pocos minutos después ocurrió otra, cuando ya numerosas personas y los principales dirigentes del país, con el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, socorrían a las víctimas sobrevivientes, continuaban la descarga del barco y se allegaban al lugar de la tragedia.
Ese suceso no fue un accidente, fue un salvaje atentado orquestado por la CIA y el gobernante de turno de Estados Unidos, el presidente Dwight Eisenhower, los cuales desde antes del triunfo y después del Primero de enero, todavía más, hicieron todo lo posible por destruir a la Revolución.
La voladora de Le Coubre causó la muerte a alrededor de 100 personas, hirió a otras 200, entre las cuales muchas quedaron con graves secuelas, causaron graves daños a la economía, a valiosas estructuras y entidades del puerto, y un inmenso dolor a las familias y al pueblo cubano, pero la marcha de La Revolución Cubana no cedió un ápice, y junto a la pena, la moral combativa creció.
La solidaridad del pueblo se manifestó desde el primer minuto. Testigos y sobrevivientes recuerdan todavía con estupor cómo muchas personas, en vez de alejarse del infierno en que se convirtió el navío en llamas, corrían hacia aquel humeante amasijo con peligro mortal, prestos a salvar vidas y ayudar en lo que pudieran.
Era viernes aquel día de espanto y desde horas de la noche y madrugada del siguiente día, 5 de marzo, el Palacio de la Central de Trabajadores de Cuba recibió los restos mortales de las víctimas hasta ese momento identificadas, donde se les rindió tributo.
Un impresionante cortejo fúnebre salió a las calles al mediodía del sábado, para acompañarlos a la necrópolis Cristóbal Colón. Dicen que la masa compacta de pueblo se extendía por 5 kilómetros.
Poco antes de la entrada del cementerio, en la intersección de la calles 23 y 12, subido a la cama de una rastra allí parqueada, el entonces primer ministro Fidel Castro despidió el duelo y habló a sus compatriotas de las pruebas hechas con las cajas de granadas, que sugerían que se trataba de un hecho intencional, pergeñado por quienes eran los principales adversarios de la Revolución.
Fidel añadió que era una advertencia lanzada por el enemigo al pueblo cubano por atreverse a luchar por la libertad, pero que en aquellos momentos la libertad también significaba Patria. Allí exclamó por primer vez la consigna de !Patria o Muerte!.
Unos 3 meses más tarde le añadiría el rotundo: ¡Venceremos!, que desde entonces lo acompañó y el pueblo siempre interpretó en su medida, como un canto de optimismo y afán de lucha sin claudicar jamás.
Fue un comentario de Martha Gómez Ferral en la voz de… y la realización de…
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