Adaptación libre de la parábola de Edward Bellamy, El Mercado.
CAPITALISTA ¿Cómo es eso, señor economista?
ECONOMISTA Préstenles dinero. Préstenles al módico interés del 10 por ciento. Con eso se resolverá la crisis. El pueblo tendrá dólares para comprar, el nivel del tanque bajará, y ustedes tendrán más beneficios.
CAPITALISTA ¡Genial!... ¡Si no fuera por ustedes, los economistas!
CONTROL MÚSICA ALEGRE
NARRADORA Y sucedió que los neoliberales llamaron al pueblo
CAPITALISTA Hemos comprendido la difícil situación que ustedes atraviesan y se nos parte el corazón viendo la miseria a la que han llegado. Los ricos también lloramos, créannos.
MUJER A nosotros se nos parte el estómago, no el corazón. Hambre y sed, esa es nuestra vida.
CAPITALISTA Pues esa vida va a cambiar. Ustedes van a transformarse en un pueblo en vías de desarrollo.
HOMBRE ¿Ah, sí? ¿Y cómo es eso?
CAPITALISTA Les haremos un préstamo. Tendrán dinero en efectivo, contante y sonante, para comprar agua. Naturalmente, este riesgo que corremos ha de tener su recompensa. Les cobraremos un módico 10 por ciento sobre la cantidad de dólares prestados. ¿Qué les parece?
NARRADORA Al pueblo le pareció bien porque el hambre es mala consejera y la sed todavía peor.
CAPÌTALISTA ¿Cuánto quieren? ¿Mil, diez mil?... Pidan y recibirán.
EFECTO BULLA
NARRADORA Aquello fue un milagro. De la noche a la mañana, el pueblo tenía dinero, mucho dinero en las manos. Compraron agua. Bebieron y se saciaron.
MUJER ¡Qué buena vida!... Y nosotros hablando mal de los neoliberales y, fíjense, han tenido compasión de nosotros.
NARRADORA El Mercado se activó. Como el nivel del tanque bajaba por el aumento del consumo, el pueblo fue nuevamente contratado para llenarlo con cubos de agua.
CAPITALISTA Por cada cubo, un dólar. Y para comprar, dos dólares. Así son las leyes del Mercado.
NARRADORA El pueblo estaba feliz con aquella bonanza económica. Tenían el dinero del préstamo y, además, el dinero que les pagaban por acarrear los cubos de agua.
HOMBRE ¡Yupi!... ¡Al fin dejamos de ser pobres!... ¡Ya era hora!
CONTROL MÚSICA MUY ALEGRE FUNDE CON OTRA NOCTURNA
EFECTO GRILLOS
NARRADORA Y así pasó el tiempo. Cayeron las hojas del almanaque y acabó el año.
CAPITALISTA Los intereses, señoras y señores. Diez mil dólares prestados. Al diez por ciento son mil dólares. Paguen.
MUJER Pero es que no tenemos.
CAPITALISTA ¿Cómo que no tienen? A ver si nos entendemos. Nosotros les prestamos plata. Les hemos dado trabajo. ¿Qué más quieren?
MUJER Sí, y lo agradecemos Pero es que no tenemos.
HOMBRE Todo el dinero del préstamo y de los salarios se nos ha ido en comprar agua para beber y vivir.
MUJER Si el agua no fuera tan cara
CAPITALISTA Excusas. Pretextos. Haraganerías. Por eso están como están. Ahora, paguen. Cuentas claras guardan amistades.
MUJER Pero es que no tenemos.
CAPITALISTA (MEDIA VOZ) Economista ¿qué hacemos en este caso?
ECONOMISTA (MEDIA VOZ) Vuélvanles a prestar. Con el nuevo préstamo pagarán los intereses del anterior. No se preocupen, la mano invisible del Mercado lo arregla todo.
CAPITALISTA A ver, pueblo despilfarrador, ¿cuánto quieren? ¿Diez mil más? Muy bien. Nos devuelven mil de intereses. Ahora nos deben veinte mil.
CONTROL RÁFAGA
CAPITALISTA ¿Cuánto quieren? ¿Veinte mil más? Muy bien. Nos devuelven dos mil de intereses. Ahora nos deben cuarenta mil.
CONTROL RÁFAGA
CAPITALISTA ¿Cuánto quieren ahora? ¿Otros cuarenta mil? Muy bien. Nos devuelven cuatro mil de intereses. Ahora nos deben ochenta mil.
CONTROL RÁFAGA
CAPITALISTA ¿Ochenta mil? Nos devuelven
MUJER ¡Basta, basta, basta!... No podemos pagar nada porque no tenemos nada.
CAPITALISTA ¿Ah, sí, verdad?... ¡Pues se quedarán sin agua!
EFECTO MURMULLOS
ECONOMISTA ¿Sucede algo, jefe?
CAPITALISTA Qué bien que haya llegado, señor economista, porque creo que estamos en una nueva crisis económica.