En las comunidades campesinas, los padres prefieren que sus hijos varones vayan a la escuela y a las niñas no le dan la misma oportunidad. Esto es el caso de la familia Clemente que tiene dos hijos una mujercita llamada Rosa (8 años) y un varoncito llamado Juan de (7 años), Juan debe de ir a la escuela por ser varón mientras, Rosita debe quedarse en la casa ayudando a su mamá. Clemente tiene el concepto de que el estudio es para los hombres y no para las mujeres, “Yachaywasiqa qarikunallapaqmi, warmikunaqa wasipi kanapaqmi…”, por lo que Rosita no irá a la escuela. La mamá resignada acepta todo lo que clemente su esposo indica. Por lo que ordena a Rosita que le ayude en los quehaceres de la casa, por que supuestamente tiene que aprender todo en la casa. Rosita se siente muy temerosa y triste, “Mamay, noqapis yachaywasita riyta munani” pues ella siempre ansiaba ir a la escuela.

Juancito tiene la suerte de ir a la escuela y debe de caminar más de 3 km ida y veulta desde su casita hasta la escuela. Pero este camino del niño que va a la escuela es pesada, debe de cruzar ríos, subir cerros, en viento y lluvia, en frío y helada hasta llegar a la escuela y luego terminado la escuela volver a su casa caminando, sin el almuerzo respectivo, así es casi siempre todos los días del año escolar.