FECHA: 16-05-18
REDACTOR: Martha Gómez Ferrals
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: El mundo que cambió la Reforma Agraria
Había llovido de manera copiosa desde días antes, y los caminos
estaban intransitables. Pero aquel domingo 17 de mayo de MIL 959, la invicta Comandancia General del Ejército Rebelde de la Plata, en la Sierra Maestra, amaneció alegre y colmada de campesinos.
Serían testigos de la firma de la Ley de Reforma Agraria emitida por el Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario, firmada allí ese día por el líder Fidel Castro, a casi cinco meses del triunfo de enero, en cumplimiento de uno de los objetivos del programa del Moncada.
La fecha fue escogida en homenaje al combatiente campesino Niceto
Pérez, asesinado en una jornada como esa por sicarios de la oligarquía entreguista.
El acontecimiento era más que un acto de justicia social anhelada y finalmente cumplida. Allí estaban hombres, mujeres, ancianos y niños que habitaban comunidades humildes, la mayoría de extrema pobreza, o en aislados bohíos, sin acceso a la educación ni a la atención médica, escasos de alimentos, abandonados a su suerte, maltratados, humillados y despojados, o lanzados al Camino Real.
Como todos los programas concebidos por el líder histórico de la Revolución su alcance viajaba del presente al futuro, atravesando obstáculos, como había alertado él mismo desde el ocho de enero.
Desde su instauración a partir de ese 17 de mayo, declarado luego Día del campesino cubano, la Reforma Agraria rebasó la mera distribución de parcelas pequeñas y la entrega anárquica de lotes a los habitantes del campo.
También promovió algo nuevo y nunca visto en la campiña cubana: el fomento de las cooperativas agropecuarias. En fin, la ley favoreció a las familias de unos 200 mil campesinos y 150 mil aparceros y precaristas, cuya sumatoria, teniendo en cuenta las descendencias numerosas era casi de dos millones de personas.
Era previsora en tomar en cuenta el carácter extensivo de la agricultura cubana, resguardando la existencia de los grandes cañaverales, importante sostén de la economía, aún cuando se produjera la necesaria desaparición de los latifundios.
La entrega de la propiedad a quienes hacían producir la tierra con su sudor y no eran dueños de nada, fue gratuita y dio un golpe demoledor a la propiedad latifundista de la oligarquía nacional y del capital foráneo, aunque estableció el debido protocolo de compensación a quienes fueron expropiados.
Desde antes de su promulgación, la medida revolucionaria despertó la oposición y los ataques de los enemigos internos y del gobierno de Estados Unidos, con poderosos intereses económicos en la Isla.
El sector agrario cubano y sus principales protagonistas, cuyo destino cambió con la Reforma Agraria, vive tiempos retadores, en los que aún se está lejos de haber alcanzado los resultados a los que aspira.
En tiempos distintos enfrentan los rigores del bloqueo impuesto por Estados Unidos y las consecuencias del cambio climático. Sin la reforma Agraria, sin el respaldo de la Revolución, las consecuencias de esos fenómenos hubieran sido peores.
Nadie lo duda, por muy distante que se vea en el tiempo. De modo que con la extraordinaria medida que iniciaba el proceso de cambios estructurales de la economía cubana, en favor de su independencia y desarrollo, también se reforzó el papel protector del nuevo Estado de los bienes del país.
Fue un comentario de Marta Gómez Ferrals en la voz de … y la realización de…
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