Hola.... soy el parque, ...... si el parque, el sitio que usted tantas veces ha pisado, sobre mi caminas y sin darte cuenta he sido testigo mudo de tus tardes tristes, de las mañanas con tus amigotes bromeando y jugando, con tu mascota entre mis prados, mi fuente de agua fresca te ha saciado muchas veces la sed de nostalgia que brota por tus venas, las noches frías de luna llena han sido cómplice de aventurillas románticas entre árbol y árbol, los domingos cuando el tañido de campanas llaman a misa, se va el alba al compás de los pasos de feligreses afanados para comulgar..
También conozco al albañil, al obrero, el embolador, al profesional, el loco, el artista, el mendigo, el vendedor, al extranjero, al policía al ladrón, el intelectual, al político, el taxista, los estudiantes, el maestro, el pintor, el cura, el evangélico, el sacristán, el periodista, el revolucionario, el fotógrafo, el indocumentado, el militar, ellos Me miran me pisan, me enmugran, me escupen, sin darse cuenta que yo también siento.
Ayer llore de nostalgia cuando aquel niño perdido acudió en franca carrera a los brazos de su madre, pero también sentí rabia cuando cayó muerto pedro por las balas de un atracador, en otra esquina el homosexual coquetea con sus amigos y el viejo le deja caer sobre sus manos cinco mil pesos a Raquelita a cambio de un favor que termino en una residencia.
Al árbol central le pesan los años y sobre sus ramas ya no aguanta otro nido de tominejo, mientras que las palmera nuevas danzan airosas al ritmo constante del fresco ambiente matinal. En las madrugas, los bohemios vienen a mi, en refugio, a brindar el ultimo trago, levantan la copa, cantan y se van al rayar el día. Los niños corretean alegres en este circo constante de adversidades. Las muchachas pasean luciendo su mejor vestido de domingo, como queriendo agradar a los muchachos de la banca de arriba, nunca estoy solo, pero nadie me habla
SI, soy el parque, Algunos días son de paz y otros de agonía, es el duro carnaval de la vida que miro pasar sobre mi espalda cansada sin que usted se de cuenta que yo también existo y no solo en el asfalto duro y frío, en los ladrillos adoquinados o en los prados y fuentes, mi alma y mi ser, también están en cada espacio, en cada parte, en todo, yo siento, a mi me duelen las ironías de la vida.
Quisiera saber que va a pensar usted la próxima vez que me visite.
Atentamente,
EL PARQUE.
POR: HUGO FERNANDO JOVEN REINA.