LOCUTORA Para el perfecto machista, las mujeres se dividen en dos grupos: su madre y todas las demás.
MACHO Mi mamá es una santa, una diosa, una reina. La tengo en un altar.
LOCUTORA Para él, su madre se parece a la Virgen María.
CONTROL INSTRUMENTAL RELIGIOSO
LOCUTORA Las demás mujeres se parecen a otra María, a la Magdalena.
MACHO Todas son unas sinvergüenzas. Zorras, maturrangas, tales por cuales. Unas putas.
LOCUTORA Su madre, no. Su madre es la única que se salva. Y como es una santa, no debe pintarse mucho, ni salir sola, ni tener amigos, ni bajarse del altar. El altar, naturalmente, es la cocina de la casa.
MACHO ¡Ay, mi mamita linda, cuánto quiero yo a esta viejita!... (BESO) Oye, mamá, ¿y qué me vas a cocinar mañana, que es el Día de las Madres?
CONTROL GOLPE MUSICAL
LOCUTORA Para el perfecto machista, todas las demás mujeres, casadas, viudas y solteras, niñas y grandes, están a su disposición.
MACHO Créanme, todas estarían felices si alguien les hace el favor.
LOCUTORA Ese alguien puede ser él, que sabe bien cómo tratarlas.
MACHO A mí no hay hembra que se me resista. Es que yo soy así, todas me gustan. Y yo les gusto a todas. (RISAS)
LOCUTORA Para el perfecto machista, todas las demás mujeres, incluyendo su esposa, pueden ser tomadas y dejadas cuando él lo decida.
MACHO (MOLESTO) A mí ninguna mujer me levanta la voz, ¿oíste? No me faltes el respeto. No me faltes... ¡porque te sobro!
CONTROL MÚSICA DE TRANSICIÓN
LOCUTORA El hijo del perfecto machista repetirá la misma historia. La única diferencia es que ahora, la mujer que su padre llamaba puta se convirtió en una santa, por la sencilla razón de que es su madre.
JOVEN Mi mamá... es como la Virgen María.
LOCUTORA Es curioso el mundo de estos hombres primitivos. En cada nueva generación, las putas suben a la categoría de santas a ojos de sus hijos. Y las santas bajan a la condición de putas a ojos de los perfectos machistas.
BIBLIOGRAFÍA
Marcela Lagarde, Los cautiverios de la mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, UNAM, México 1993.
INTERACTÍVATE
Abre el micrófonos y que la audiencia cuente costumbres machistas de su localidad.
MACHO Mi mamá es una santa, una diosa, una reina. La tengo en un altar.
LOCUTORA Para él, su madre se parece a la Virgen María.
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MACHO Todas son unas sinvergüenzas. Zorras, maturrangas, tales por cuales. Unas putas.
LOCUTORA Su madre, no. Su madre es la única que se salva. Y como es una santa, no debe pintarse mucho, ni salir sola, ni tener amigos, ni bajarse del altar. El altar, naturalmente, es la cocina de la casa.
MACHO ¡Ay, mi mamita linda, cuánto quiero yo a esta viejita!... (BESO) Oye, mamá, ¿y qué me vas a cocinar mañana, que es el Día de las Madres?
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MACHO Créanme, todas estarían felices si alguien les hace el favor.
LOCUTORA Ese alguien puede ser él, que sabe bien cómo tratarlas.
MACHO A mí no hay hembra que se me resista. Es que yo soy así, todas me gustan. Y yo les gusto a todas. (RISAS)
LOCUTORA Para el perfecto machista, todas las demás mujeres, incluyendo su esposa, pueden ser tomadas y dejadas cuando él lo decida.
MACHO (MOLESTO) A mí ninguna mujer me levanta la voz, ¿oíste? No me faltes el respeto. No me faltes... ¡porque te sobro!
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LOCUTORA El hijo del perfecto machista repetirá la misma historia. La única diferencia es que ahora, la mujer que su padre llamaba puta se convirtió en una santa, por la sencilla razón de que es su madre.
JOVEN Mi mamá... es como la Virgen María.
LOCUTORA Es curioso el mundo de estos hombres primitivos. En cada nueva generación, las putas suben a la categoría de santas a ojos de sus hijos. Y las santas bajan a la condición de putas a ojos de los perfectos machistas.
BIBLIOGRAFÍA
Marcela Lagarde, Los cautiverios de la mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, UNAM, México 1993.
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