FECHA: 03-07-2018
REDACTOR: José Luis López Sado
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: El Salvador, que sí, que no, que sí…
Efectuadas con éxito las dos ediciones iniciales de los Juegos Centroamericanos, en Ciudad de México 1926 y La Habana 1930, la justa vio interrumpido por vez primera su ciclo cuatrienal para la tercera versión de El Salvador, dado el terremoto que azotó a ese país el 21 de mayo de 1932, a dos años de su celebración.
El Comité Olímpico salvadoreño solicitó una prórroga, que le permitió mantener la sede y desarrollar la cita del 16 de marzo al cinco de abril de 1935 en San Salvador.
Y sin lugar a dudas, uno de los hechos trascendentales fue el cambio de nomenclatura a Juegos Centroamericanos y del Caribe, que oficializó la participación de las islas caribeñas.
A pesar de que Nicaragua asiste por primera vez al evento, el número de países en concurso se mantuvo en nueve, debido a que Jamaica no pudo repetir su incursión precedente; pero sí creció la inscripción de atletas, especialmente en la rama femenina.
En San salvador compitieron 741 deportistas, de ellos 62 mujeres, que superaron a las apenas seis que debutaron en La Habana 1930. Y ahora, las chicas concursaron también de manera oficial en las disciplinas de natación y baloncesto, no así en el voleibol que tuvo carácter de exhibición.
El programa de competencias creció a 14 deportes, con la introducción del boxeo, la lucha, la equitación y el golf, en tanto se creó también una Comisión Técnica Permanente para eliminar la disparidad de criterios en cuestiones referidas a la organización de los juegos.
Los cubanos, además de su tercer triunfo consecutivo en el béisbol, repiten su dominio en el atletismo y la natación, resultado que no pueden completar en la esgrima, debido a que el equipo, con Ramón Fonst a la cabeza, decide retirarse ante el argumento de la parcialidad e incompetencia del jurado actuante en la competencia de florete.
De manera individual, la representante de la Mayor de las Antillas Margeret Chapman, en la especialidad de trampolín a tres metros, se convirtió en la primera clavadista en escalar a lo más alto del podio en citas centrocaribeñas, además de coronarse en las pruebas de natación de los 400 metros libre y el relevo de 4x100 del mismo estilo.
Aunque en este deporte las palmas correspondieron a su compañera de equipo Olga Luque, quien se alzó con el triplete dorado en 100 m espalda, 200 pecho y la posta de 4x100 libre.
Otras cubanas que también se titularon fueron María Llano, en los 100 m libre, Margot Blanco y Elcira Loret, quienes formaron parte de la cuarteta vencedora del relevo antes mencionado.
En el atletismo, el velocista Conrado Rodríguez conquistó tres metales áureos, al imponerse en las pruebas de 100, 200 y la posta de 4x100 metros planos, en las cuales implantó récords para la competencia.
El conjunto de tiro deportivo, integrado por Ernesto Herrero, Gustavo Alfonso y Joaquín Pedroso, se adueñó de los eventos de pistola libre y duelo por equipos.
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