Este relato es el secreto de Anita quien no se atrevía a hablar con su madre sobre las actitudes mal intencionadas de su padrastro. Eran las cinco de la mañana y pensaba en el deber que no pudo terminar por cuidar a sus hermanos, pero sobre todo le angustiaba la desagradable presencia de su padrastro, quien cada quince días, regresaba de su trabajo en el oriente y se quedaba en casa a solas con ella, mientras su mamá trabajaba en la noche. Cierto día la madre de Anita le preguntó que le sucedía, la niña le comentó que le daba recelo su padrastro. Anita se ponía enferma cuando este hombre estaba por venir del oriente, entonces su madre le llevó al hospital y Anita le contó a la enfermera los abusos de su padrastro. Entonces la enfermera y la madre de Anita enfrentaron al hombre, quien avergonzado reconoció su error y pidió perdón. Anita volvió a tener tranquilidad por lo que retomó sus tareas con dedicación y esmero. Como escuchamos, no es bueno guardar secretos, es mejor hablar con quienes confiamos, con los que nos quieren mucho y nos ayudarán a tiempo.