FECHA: 03-04-18
REDACTOR: Onelia Chaveco
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: En el punto justo donde ocurre el milagro de la vida.
El Día Internacional de las Comadronas o Parteras se celebra cada CINCO DE MAYO y fue instituido por la ONU
Sara es una negra rellolla que por su alegría y forma campechana de decir te atrapa desde el primer momento.
Con sus casi 90 años y en su habitada soledad en un barrio de Santa Isabel de las Lajas de la provincia de Cienfuegos, una no puede imaginar que tras esta figura pequeña, encanecida y casi ciega, hay una historia de sacrificio, amor y entrega.
De lo contrario ¿Cómo una mujer sola, pobre, negra y de oficio “criada” en una de las casas habaneras de la alta sociedad pudo obtener un título universitario en los finales de la década del 50 del siglo XX?
En la pared descolorida de la casa de esta lajera está el pliego oficial que reza: El Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana otorga a Sara Basilia Sánchez Sarria el título de Comadrona o Partera y firma el mismo el nueve de enero de 1956.
Ese documento tiene un valor intrínseco, no solo porque está registrado al folio seis, número 114 del libro número 4 en la Facultad de Medicina, sino porque lleva la firma del secretario de la Facultad doctor Guarino Radillo, quien en los años 20 acompañó las luchas estudiantiles junto a Julio Antonio Mella.
“El dueño de la casa donde yo estaba colocada, como se decía entonces, era Pedro Domínguez, y su esposa era mulata ¡pero era malaaaaa…! - cuenta Sara- ese hombre era profesor en la Universidad por eso permitió mi incorporación a la Escuela de Comadrona, adjunta a la facultad de Medicina.
“Yo estudiaba las clases de obstetricia por la mañana y por la tarde atendía los quehaceres de la casa donde trabajaba. A veces estaba lavando y con la conferencia al lado, y leía “El parto es la expulsión del feto y sus anexos….
“Allí curse ese oficio en dos años, en los cuales recibía asignaturas como obstetricia, dermatología y otras que ya no recuerdo muy bien, y hacíamos prácticas.
“Cuando culminé y obtuve el título, me dije ahora voy de regreso a mi pueblo, pero antes tengo que comprarme mi maletín de comadrona para poder trabajar, y seguí de criada en aquella casa hasta que reuní el dinero y me traje para acá mi maletín y mi título de partera”
CONTINUARÁ EN PRÓXIMA EDICIÓN…
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