FECHA: 16-03-19
REDACTOR: Roberto Jesús Hernández
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: En Matanzas, el adiós a otra Feria de Libro.
Como cualquier suceso cultural de alcance masivo, la XXVII Feria del Libro trastocó la habitual parsimonia de la ciudad de Matanzas en apenas seis jornadas que, entre luces y sombras, aún generan criterios disímiles en un público con derecho a medir resultados más allá de los esfuerzos.
El Centro Histórico de la tricentenaria San Carlos y San Severino de Matanzas, Monumento Nacional, se convirtió nuevamente en escenario del evento defendido y criticado casi a partes iguales, aunque con el denominador común de señalar lo mejorable de cara a la próxima edición.
Pese a incumplimientos del programa y otros males, la Feria cumplió el propósito de volver con libros y autores exclusivos, entre estos la veterana escritora y activista estadounidense Margaret Randall y su poemario Del pequeño Charlie Lindbergh, publicado por el sello Ediciones Matanzas.
En una Feria dedicada al doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, no faltó su presencia en la sala de conciertos José White, para recibir entre otros agasajos la condición de Hijo Adoptivo de la ciudad, a la cual calificó de “impresionante y seductora”.
Novedades de Ediciones Matanzas, que celebró sus 40 años de fundada, y Vigía, el sui generis sello creador de exquisitos libros manufacturados, ocuparon un sitio privilegiado en la agenda de la cita cultural.
Poesía como no podía faltar en la cuna del romántico José Jacinto Milanés, narración oral, danza, trova, la rumba y el punto cubano, declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, además del matancero danzón, Baile Nacional, amenizaron las jornadas de la cita literaria anual.
De la cintura del mundo llegó la intelectual ecuatoriana Marigloria Cornejo Cousin, para presentar un poemario de su autoría, y un libro que escribió como testimonio de la relación maestro-discípulo entre su padre Justino y el periodista Carlos Bastidas Argüello, asesinado por la dictadura de Fulgencio Batista hace casi 60 años.
La editorial Aldabón, perteneciente a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), inauguró su sede con la presencia de Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura de Cuba, quien sostuvo también un diálogo franco con artistas e intelectuales de distintas manifestaciones.
No obstante, el gran esfuerzo organizativo realizado, para muchos constituye un hecho que la Feria del Libro en 2018 quedó muy por debajo de la estatura cultural de la ciudad neoclásica de Cuba, con posibilidades aún no del todo aprovechadas.
Multiplicar espacios para el disfrute de la lectura en el paisaje urbano, romper esquemas a favor de una mayor implicación del público en el hecho cultural, ofrecer alternativas más originales para educar el gusto, podrían citarse como recomendaciones para los gestores de la próxima edición.
Como las obras ingenieras que dan fama a la ciudad cubana de los puentes, los libros también sirvieron para ampliar su comunicación con el país y el mundo, en un foro al cual no es posible renunciar si se pretende, hoy con más fuerza, ganar la batalla contra la ignorancia. ( Tomado de la revista cultural La Jiribilla, del periodista Roberto Jesús Hernández
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